Hace 21 años se produjo el 11-S, el ataque terrorista más grande en la historia de Estados Unidos, donde un grupo islamista Al Qaeda hicieron que dos aviones secuestrados impactaran en las Torres Gemelas en Nueva York y otro contra el Pentágono, mientras que la cuarta aeronave se estrellara en Pensilvania provocando de esa manera, la muerte de 3.000 personas.
LV12 Radio Independencia, habló con David English, un sobreviviente al atentado 11-S que decidió mudarse a Argentina con el objetivo de conocer su emotiva historia.
En aquél momento, David había decidido salir a caminar cuando escuchó el sonido de una explosión y lo que él llama “el segundo avión”, inmediatamente bajó hacia el subte, lugar donde nadie estaba enterado de lo que estaba ocurriendo. De ahí, sus recuerdos se convirtieron en llanto, gritos y personas en las calles sentadas y paradas en una esquina.
El momento que le tocó vivir y sobrevivir lo llevó a ver el “lado positivo” de la tragedia, plasmado en “la solidaridad entre la gente” y la posibilidad, hecha realidad, de superar lo vivido mudándose a un destino con costumbres muy diferentes a las de su país, que rápidamente se apoderaron de su amor, Argentina.
Conociendo la provincia de Mendoza, ubicada en el pie de las montañas más altas de Los Andes, con un clima agradable por la protección de La Cordillera, así también como sus características bodegas y vinos, David decidió quedarse a vivir allí.
Pero no sólo lo enamoraron sus características físicas sino también “las costumbres argentinas”. Si bien no fue sencillo, English relata que le hizo muy bien “porque fue como un proceso de sanación”: “ante un atentado, que país mejor donde están las relaciones humanas, costumbres que fortalecen los lazos de una persona como sentarse a tomar mate en el parque, hacer un asado, muchas costumbres argentinas que son tan lindas que, en mi caso en particular, me ayudaron a sanar, a rehacer mi vida después del atentado”.
De esta manera, se siente agradecido con el país y con sus habitantes que lo “ayudaron a cambiar” y que lo convirtieron en alguien completamente diferente a lo que establece “el sueño americano”, lo transformaron, dice, en una persona “mucho más relajada, sensible e informal” que lo hace feliz.
“Me enseñaron una frase clave que nunca me voy a olvidar y que me ha ayudado mucho -quien te quita lo bailado-", esa actitud no existe en Estados Unidos pero acá hay que vivir el momento, bailar y disfrutar la vida porque uno nunca sabe cuándo tendrá un 11 de septiembre”.
Con una nueva forma de vida en la provincia de Mendoza, trabajando con empresas de Estados Unidos y organizando “pasantías en bodegas”, David, confesó que le gusta “abrir los ojos a los jóvenes a la realidad Argentina” como otra forma de vivir.
Y concluyó afirmando que más allá de la situación económica que atraviesa el país no piensa volver a Estados Unidos porque “la economía cambia pero las costumbres argentinas no, yo me quedo por esas cosas”.