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Crecen las denuncias de abuso sexual en niños

La docencia es clave para canalizar situaciones que relaten los alumnos, develando esta terrible problemática. Sobre los escraches el fiscal Bosatti dijo que se debe tener cuidado de no advertir al sujeto para no perjudicar la investigación.

El silencio, el miedo y quizás hasta el desconocimiento comenzó a ceder ante la visibilización de los casos de abuso y muchos empezaron a denunciarse entre quienes más cerca tenían, los docentes. En Jujuy, las denuncias comenzaron a crecer y se estima que de la totalidad de las denuncias de abuso en niños y adolescentes del 5 al 10 % llegaron a través de la denuncia de docentes.

"Yo calculo que entre el 5 y 10 % de las denuncias vienen de ese lado", dijo el fiscal Alejandro Bosatti de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia Familiar, de Género y de Delitos Contra la Integridad Sexual, en relación a denuncias que tienen origen en docentes. De hecho aseguró que nota un crecimiento porque los chicos vienen adquiriendo conciencia de que se trata de un abuso porque se enseña desde muy temprana edad, en alusión a la Educación Sexual Integral (ESI).

Se trata de una gran responsabilidad y una obligación para los docentes entre quienes se continúa difundiendo sobre los alcances de este delicado mandato, pese a que para algunos significa un peso más en su rol y se sienten vulnerables. Fue conocido el caso reciente de una docente y directora que fueron imputadas en la provincia por supuesta omisión de la denuncia pese a conocer el caso de abuso; y en otro extremo, docentes señalados por maltrato de quienes se habría comprobado que no eran responsables, incrementando el temor de algunos docentes.

Actualmente hay un avance en la conciencia social respecto a la necesidad de proteger a los niños y adolescentes de cualquier tipo de abuso, y se trata de un imperativo ético, legal y moral para los docentes y para cualquier ciudadano, en especial a funcionarios del Estado que esté frente a algún delito. En ello coinciden tanto, el fiscal especializado Bosatti, de Cedems Julieta Carrizo y la directora de Nivel Medio María de los Ángeles Gómez.

Aunque aseguró que siempre hubo temor de la gente de denunciar este tipo de hecho bajo la suposición de que esto les genera un problema. "El único problema que puede generar es que se lo cite eventualmente a prestar declaración testimonial en la Fiscalía, o eventualmente en un juicio, que es mucho menor molestia que incumplir con su obligación y ser imputado. Pero más allá de eso está la cuestión de humanidad", precisó el fiscal Bosatti.

Explicó que en este sentido hay una resolución del Ministerio Público de la Acusación donde se da cuenta cuál es la forma en que hay que anoticiar hechos de abuso o de violencia, que en principio estaba destinado al abuso respecto a médicos y docentes. Aclaró que más allá de eso en el caso de los docentes si son de establecimientos públicos, "están comprendidos por la ley, del Código Penal que establece la obligación que todo funcionario público de formular denuncia ante el conocimiento de un ilícito, y lo mismo dice el Estatuto del empleado público de la provincia", dijo.

Resaltó que esto se debe cumplir, con más razón si se trata de un hecho de abuso sexual o de violencia hacia menores. Recordó que el Código Penal fue modificado y que inclusive se actúa "de oficio" si hay abuso sexual de menores, y aseguró que si un menor está siendo abusado o siendo víctima de maltrato, lo menos que puede hacer es denunciar a las autoridades.

Hay más “develamientos” en escuelas

Actualmente en la provincia hay mucho “develamiento en los colegios”. Lo aseguró el fiscal especializado Alejandro Bosatti entendiendo que se produce porque se están dando clases de educación sexual, ahora a edad más temprana dentro del contexto de la Educación Sexual Integral (ESI) y que sucede lo mismo en torno a la violencia de género.

Planteó que se habla más en las escuelas, por lo que los niños van comprendiendo que no está bien que nadie debe tocarlos ni que sean violentos con ellos, con lo cual comienzan a “develar” esto a los docentes a quienes tienen confianza.

En este sentido Bosatti explicó que en casos de manifestaciones espontáneas, los docentes suelen dar cuenta a los directores, labran un acta o dejan constancia, que consideró de importancia porque podría ser la única oportunidad en que se sientan “empoderados” para manifestarlo.

Explicó que en los colegios hay un psicopedagogo, que sería ideal que esté presente.

Recomendó que lo ideal es evitar hacer un interrogatorio extenso, más allá de lo básico como quién sería el autor del hecho, porque podría estar dentro de su hogar, y es clave porque permitiría a la Fiscalía tomar medidas y pedir medidas protectorias del menor, exclusión de hogar u otras. Una vez que llegue la noticia a la Fiscalía se aplica el protocolo, pericias, cámara Gesell, revisación médica y demás.

Aclaró en este sentido que la denuncia se debe hacer en alguna comisaría o en una Fiscalía, donde cualquier persona puede denunciar.

Aseguró que los docentes pueden presentarse para evacuar alguna duda, al entender que lo importante es que se hable y no dejar de hacer la denuncia de modo de evitar que un niño continúe siendo abusado o maltratado. “Inclusive es una cuestión de humanidad hasta una cuestión legal o jurídica”, aseveró.

Planteó que si bien puede haber desconocimiento, más allá de que se capacita, por la rotación en las comisarías y que alguna no quiera recibir la denuncia si no es ante presencia de los padres, el fiscal insistió en que la opción es la Fiscalía.

No obstante, recordó que en las distintas seccionales suelen haber ayudantes de fiscales, se debe preguntar dónde están y dirigirse allí.

Por otra parte, cuando el denunciado es el docente, el fiscal explicó que de igual manera el padre o tutor debe presentar la denuncia en la Comisaría o en la Fiscalía, quienes serán investigados como cualquier otro y se plicará la ley.

Escraches y lo que sucede luego

En cuanto a los escraches en las redes sociales, Alejandro Bosatti advirtió que “el tema es que tengan el cuidado suficiente al momento de la publicación de no advertir al sujeto al que se está escrachando”.

Sucede que cuando tienen que ir desde la Fiscalía a realizar una medida de secuestro de elementos que hagan a la causa, eso ya no está, porque se está “avivando” al sujeto sobre lo que se le viene, de modo de evitar un perjuicio en la investigación.

Planteó que muchas veces se “escracha” en las redes sociales y no se denuncia, pero de igual modo sirve para tomar conocimiento de los hechos con lo cual la Fiscalía inicia actuaciones de oficio, cuando se puede hacerlo. En casos de violencia de género se puede actuar de oficio y en abuso sexual, si se trata de menores también”.

Por otro lado, consultado sobre el impacto que tiene una “falsa denuncia” por ejemplo que pueda afectar la vida laboral de la persona denunciada, para la Fiscalía no le es inherente.

Regreso a su ámbito

En relación al reintegro de víctimas a su ámbito, aclaró que no están capacitados, no tienen autoridad legal ni personal para otras instancias posteriores respecto de las víctimas.

Esta reinserción se hace mediante la Dirección de Niñez y Adolescencia, y el Juzgado de Menores, que están capacitados y facultados para determinar cómo se concreta.

FUENTE: eltribuno.com

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