Jubilados, profesores, talleristas y coordinadores de las prestaciones sociales del Pami protestan frente a la sede de la obra social con un corte de calle en Córdoba al 900.
Reclaman la reapertura de los talleres que se les brinda a los pasivos por prescripción médica, teniendo en cuenta que este año no dieron inicio.
"En esta mitad del año no se iniciaron ninguno de los talleres. Además, no tenemos autorización para entrar a la sede para dictar nuestras clases. Nos han cerrado las puertas, además de no abonarnos. Es una burla para el afiliado que ya no se siente un beneficiario", expresó la profesores Mirian de Garrocho.
Los talleres dieron inicio en el año 2003 y son algunas de las actividades que deben realizar los jubilados y pensionados por prescripción médica. "A nosotros nos sostiene el cariño de los afiliados. El médico de cabecera les indica actividad física y no pueden hacerlo. No pueden cantar, bailar, hacer gimnasia y no pueden mejorar su memoria porque al Pami no le interesa sus afiliados. Hoy Pami está con un número y nosotros no somos un número, somos personas de derecho", afirmó la docente.