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Sudor y lágrimas: la historia del único santiagueño en la Armada

Por curiosidad y para cumplir su sueño, David Melián se convirtió en el pionero de la provincia en llegar a cabo militar: su carrera y el último contacto.

A dos años del hundimiento del submarino ARA San Juan, se resaltan las historias de vida de los 44 marinos argentinos que desaparecieron en las aguas del Atlántico Sur. Entre ellos, estaba el único militar oriundo de Santiago del Estero: David Melián, cabo de la Armada Argentina.

La vida del joven suboficial se multiplica en todos los sentidos, especialmente, por su origen, por su constancia, sacrificio y una permanente idea de superación personal.

Había nacido hace 30 años en el seno de una humilde familia del paraje San Andrés, cercano a la localidad de El Bobadal, departamento Jiménez.

Desde chico siempre fue respetuoso y servicial con sus semejantes. Con el paso del tiempo, inició sus estudios primarios, mientras ayudaba a su familia en la cosecha de maíz y de choclo, según refiere una publicación de Clarín.

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Sus seres queridos recuerdan que un día, a los seis años, comentó que su sueño era conocer el mar, y ser marinero. Aquella vez, nadie imaginaba que algún día sus palabras se iban a cumplir al pie de la letra.

Es que para pocos o para muchos, las aguas del Atlántico parecían por demás lejanas o inimaginables, frente a la llanura del tupido monte santiagueño.

Sin embargo, las veces que podía David insistía con su sueño. Tanto es así que una vez su abuelo le dijo que “si tanto quería ser militar, que se haga policía”. Pero su destino estaba marcado, puntualmente, cuando hizo el viaje de estudios de quinto año de la secundaria.

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Sucedió en Villa Carlos Paz, provincia de Córdoba, desde donde se tomó el trabajo de averiguar todos los datos para ingresar en la Armada Argentina. Y prácticamente sin que nadie se entere, se preparó, se presentó a rendir y fue admitido en esa fuerza nacional en el año 2.007.

Después, tras cursar dos años de estudios egresó con el grado de cabo en la Escuela de Suboficiales de la Armada en la Base Naval de Puerto Belgrano, provincia de Buenos Aires.

Por razones económicas, no pusieron asistir a la ceremonia de egreso ninguno de sus 13 familiares: padres, ocho hermanos y abuelos; ni siquiera su madre a quien David le había pedido “por favor que viaje” para el acto.

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Con el tiempo, circunstancias similares le tocó pasar a medida que avanzaba en su carrera militar, fundamentalmente, en el acto de egreso de la Escuela de Submarinos y de Buceo, en la Base Naval Mar del Plata.

Ese día, y otra vez en soledad, sin su familia, un oficial de la Armada Argentina pronunció su nombre y le puso en el pecho de su impecable uniforme la insignia de submarinista: un prendedor plateado y angosto con silueta de un submarino.

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Desde su egreso, hasta el año 2017, Melián cumplió 10 años en la Armada. Los últimos 4 años se hallaba destinado como sonarista del submarino ARA San Juan. Contaba con 30 años de edad, era soltero y gozaba de casi un mes de vacaciones.

Dos meses previos al hundimiento del ARA San Juan, el joven suboficial decidió viajar a Santiago del Estero. Esa fue la última vez que sus seres queridos -familia, amistades y vecinos- lo vieron con vida…como siempre: siendo un hombre feliz, respetuoso y educado.

FUENTE: El Liberal

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