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"Nunca vamos a dejar de sufrir por nuestro hijo, pero queremos saber la verdad"

La expresión pertenece a Victoria Morales, la madre de Esteban García, uno de los dos submarinistas tucumanos desaparecidos en el ARA San Juan. Su dolor se manifiesta en el pedido de justicia: "sabemos que hay muchos culpables y queremos que paguen".

El dolor de madre se manifiesta con un nudo en la garganta cada vez que alguien le pregunta por su hijo. María Victoria Morales es madre de Esteban García, uno de los dos submarinistas tucumanos desaparecidos en el ARA San Juan.

Las heridas siguen tan abiertas como aquel 15 de noviembre cuando se supo de la desaparición de la nave con sus 44 tripulantes a bordo.

Pasaron dos años, sin embargo María Victoria lo sigue esperando, pero así también espera respuestas del Estado y de la justicia a tantos interrogantes que se plantea.

"A pesar de todo, el corazón de mamá todavía lo sigue esperando", expresa con ese dolor que ella únicamente puede sentir ante la pérdida de un hijo.

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La agonía no cesa y no pueden salir de ella ante la incertidumbre de no saber lo que pasó. Pasaron dos años y el dolor aumenta. Ella sigue reclamando verdad y justicia, quiere saber quiénes fueron los responsables de llevar al submarino a esas circunstancias y saber que pasó.

En este sentido, dijo que "la marcha de la investigación es muy lenta. Vemos un mal manejo, la jueza no está trabajando como debería, la justicia no camina como debería ser y así van dilatando los tiempos. Los imputados no declaran. Yo creo que no quieren llegar a la verdad", enfatizó.

"Sabemos que hay muchos culpables y queremos que paguen porque fueron 44 vidas, 44 familias que quedamos destrozadas y hasta el momento no tenemos ninguna respuesta que nos satisfaga", manifestó. "Sabemos que hay muchos culpables y queremos que paguen porque fueron 44 vidas, 44 familias que quedamos destrozadas y hasta el momento no tenemos ninguna respuesta que nos satisfaga", manifestó.

"Esta historia nunca tendrá un cierre porque nunca vamos a dejar de amar y sufrir por nuestro hijo, pero por lo menos quisiéramos saber qué fue lo que pasó", agregó.

Consultada sobre el viaje que emprenderá a Mar del Plata, donde se realizará un homenaje con una condecoración a las 44 víctimas del Ara San Juan, consideró que sería peor el sufrimiento si se quedara en Tucumán, justo en esta fecha.

"Creo que quedándome aquí sería peor. De todas maneras, bien no me puedo sentir en ningún momento ni en ningún lugar: ni acá, ni allá, ni en ningún lado. A veces cuando me siento muy angustiada, muy dolorida quisiera irme a donde no me duela y no hay lugar a donde no te duela. Yo estuve un año y dos meses en Mar del Plata posterior a la desaparición creyendo que lo iba a tener de una manera u otra y no fue así". Su relato eriza la piel.

Comentó que cuando comenzó la angustia por la tragedia, se formó una gran familia entre todos los allegados a los tripulantes del submarino.

"Sin conocernos, sin haber compartido nada, de repente nos sentimos unidos por el dolor. Ellos fue la contención que tuvimos muchas veces, entonces nos levantamos mutuamente en ese abrazo tan ansiado que necesitamos. El encuentro de hoy sabemos que va a ser doloroso, que será difícil, pero creo que nos vamos a dar esa contención que necesitamos para estar unidos como siempre".

"Prohibido olvidar", fueron las palabras que utilizó Victoria para despedirse para que el Ara San Juan siga presente en los corazones de todos los argentinos.

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Victoria estaba en Mar del Plata cuando un año después, a la madrugada recibió la noticia -por medio del teléfono- de que habían localizado el submarino, cuyo rastro se había perdido un 15 de noviembre de 2017.

Desaparición del ARA San Juan

La desaparición del ARA San Juan (S-42) se refiere a la pérdida de contacto con el submarino ARA San Juan (S-42) de la Armada Argentina sucedida el 15 de noviembre de 2017 a las 7 h 30 min (hora local) en aguas del mar argentino, con 38 tripulantes y 6 buzos tácticos a bordo. Pasado un año y dos días la nave fue encontrada por una empresa privada, con toda su tripulación muerta, muy cerca del punto de desaparición y en el lugar donde se suponía que se encontraba, a 907 m de profundidad. El hundimiento y las búsquedas posteriores a la desaparición estuvieron afectadas por sospechas, irregularidades, negligencias, informes tardíos o contradictorios, luchas internas y conflictos con los familiares de los marinos.

María Victoria Morales.mp3

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