Como si fuese obra de un ilusionista, 50 kilos de cocaína se transformaron en yeso. Ocurrió en Orán, Salta, donde el juez federal Gustavo Montoya y el fiscal Carlos Amad investigan qué ocurrió con esa droga valuada en 8 millones de pesos que estaba en el escuadrón N°20 de la Gendarmería e iba a ser incinerado en la capital salteña.
La maniobra se descubrió por una casualidad: los panes de cocaína reemplazados eran diferentes. El yeso usado en la trampa no había fraguado bien y lucía distinto. El estupefaciente desapareció en las narices de funcionarios de las fuerzas federales y de la justicia federal.
Las primeras investigaciones de Montoya y Amad no dieron, hasta ahora, resultados positivos. La Policía Federal allanó la casa de dos gendarmes y perros antinarcóticos revisaron sus autos en busca de rastros de cocaína y no hallaron nada. En una conferencia de prensa, el juez admitió: "No sabemos quién es el enemigo".
En el Ministerio de Seguridad de la Nación sospechan de empleados del juzgado federal que, advierten, trabajan allí desde la época en que el juez federal de Orán era Raúl Reynoso, actualmente juzgado en Salta y procesado en otros expedientes por liberar al contrabando ese punto "caliente" de la frontera con Bolivia.
Incluso, fuentes de esa cartera sugirieron que dos funcionarios de ese juzgado habían sido detenidos el jueves pasado, algo que no ocurrió y desató el fastidio del juez y el fiscal, que debieron salir a negar la versión, publicada en algunos medios.
Fuente: El Ancasti.