Recientemente investigadores del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia evaluaron la asociación entre la calidad del sueño y los patrones alimentarios de casi 500 mujeres que participaron en el programa AHA (Asociación Americana del Corazón) Go Red for Women, un estudio de un año sobre los patrones de sueño y el riesgo cardiovascular en las mujeres. Descubrieron que cuanto peor era su calidad de sueño y menos dormían, más consumían azúcares añadidos, grasas saturadas y cafeína.
¿Cuál es la causa y cuál la consecuencia? Según los investigadores, los hallazgos son importantes porque las mujeres tienen un alto riesgo de obesidad y trastornos del sueño, que pueden ser impulsados por una alta ingesta de alimentos. Los alimentos con alto contenido de azúcares agregados y grasas no saludables también están vinculados a condiciones de salud y enfermedades, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y obesidad.
“En nuestra sociedad moderna, a menudo trabajamos hasta tarde, comemos tarde y a veces el sueño se deja de lado en términos de lo importante que es para nuestro estilo de vida saludable en general”, analizó Brooke Aggarwal, autor principal de estudio y profesor asistente de ciencias médicas en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia.
Los trastornos del sueño son cambios en el modo de dormir, pueden afectar el estado de salud general, la seguridad y la calidad de vida de las personas. La falta de sueño, además, incide en la capacidad para conducir de manera segura y aumentar el riesgo de padecer otros problemas de salud.
“En la actualidad se calcula que el 40% de la población mundial duerme mal. Esto no quiere decir que todos tengan un trastorno severo del sueño, pero sí tienen alguno de sus ingredientes. A medida que pasan los años el sueño cambia, va disminuyendo, se hace superficial. En los niños el insomnio está dado en gran parte por el uso de la tecnología y hay otros que en su ADN ya tienen ciertas características de fragilidad del sueño. En este último caso, lo que debemos hacer es enseñarle a los niños a dormir”, señala médica neuróloga Stela Estelles.
Según la jefa del Servicio de Neurofisiología de Ineba, algunos de los signos y síntomas de los trastornos del sueño pueden ser:
- Insomnio: hay dificultad para conciliar el sueño o uno permanece despierto durante toda la noche.
- Apnea del sueño: se experimentan patrones anormales en la respiración mientras se duerme. Existen muchos tipos de apnea del sueño. “Lo más peligroso es tener apnea y no tratarla porque la misma puede generar muerte súbita”, comenta la especialista.
- Síndrome de las piernas inquietas: un tipo de trastorno del movimiento durante el sueño, también llamado enfermedad de Willis-Ekbom. Provoca una sensación molesta y una necesidad de mover las piernas mientras la persona intenta conciliar el sueño.
- Narcolepsia: una afección caracterizada por una somnolencia extrema durante el día y quedarse dormido de repente durante el día.
“Hay muchos modos de diagnosticar los trastornos del sueño y normalmente se pueden tratar la mayoría de los casos eficazmente una vez que el médico logra hacer el diagnóstico correcto”, remarcó Stelles.
La conexión entre dormir mal y una dieta poco saludable
Una razón por la que la falta de sueño de calidad podría llevar a comer en exceso es porque se cree que estimula el hambre y / o suprime las señales hormonales que comunican la plenitud, según el estudio.
Los niveles de insomnio pueden influir en el hipocampo, la región de su cerebro que regula la ingesta de alimentos. Si la ingesta de alimentos azucarados y grasos provoca una actividad anormal del hipocampo, podría ser más difícil evitar los antojos de alimentos poco saludables.
Otra posible explicación para la conexión entre el sueño deficiente y los malos hábitos alimenticios es que consumir demasiada comida puede causar molestias gastrointestinales, lo que puede dificultar la posibilidad de quedarse dormido, dijeron los investigadores.