El brote de ébola declarado en la República Democrática del Congo (RDC) ha traspasado la frontera y deja ya en Uganda tres casos dentro de una familia que viajó entre los dos países, entre ellos un niño de 5 años que ha muerto por el virus, han informado las autoridades sanitarias ugandesas.
Después de que, a última hora del martes, la ministra de Sanidad ugandesa, Jane Ruth Aceng, confirmase el primer caso de ébola, correspondiente al menor, su ministerio anunció que el pequeño murió esta mañana.
Las autoridades también informaron de que otras dos muestras han dado positivo en los laboratorios.
Así, a los 1.396 muertos (1.302 confirmados en laboratorio) de un total de 2.071 casos que ha causado el actual brote de ébola en dos provincias del noreste de la República Democrática del Congo, se suman los tres casos de Uganda, con un muerto, en el distrito de Kasese, en el oeste del país.
Los nuevos casos son la abuela de 50 años del pequeño y su hermano, de solo 3 años, que tenían síntomas de la enfermedad (vómitos de sangre, diarrea, dolores de cabeza, fatiga y dolor muscular) y que actualmente se encuentran en cuarentena en un centro de tratamiento del ébola de la localidad próxima de Bwera.
Ambos serán tratados en Uganda, y no repatriados como se barajaba anteriormente, y en caso de su fallecimiento también se realizará un entierro seguro en este mismo país.
La madre del niño fallecido, una congoleña casada con un ugandés que vive en Kasese, había viajado en mayo al Congo para cuidar a su padre, enfermo de ébola y que falleció el 27 de mayo.
Este lunes, 14 miembros de esta familia intentaron cruzar de vuelta a Uganda, pero 12 de ellos ya padecían síntomas, por lo que en el control fronterizo de Kasindi no les dejaron pasar, según la información del Ministerio de Sanidad congoleño.
Los doce posibles enfermos, siete de ellos menores, fueron trasladados a un centro de aislamiento en Kasindi, pero seis dejaron ese hospital al no ser su ingreso obligatorio, y pasaron la frontera a pie por rutas secundarias para evitar los controles de seguridad.
Cuando las autoridades congoleñas advirtieron su ausencia, lo comunicaron a sus homólogos ugandeses, que encontraron al niño y a su familia en el hospital de Kagando, ya en Uganda.
El tráfico de personas entre Uganda y la RDC es muy fluido y solo por el puesto fronterizo de Kasindi pasan al día entre 20.000 y 25.000 personas, según datos del Ministerio de Sanidad congoleño.
Por eso, desde el comienzo del brote, las autoridades han realizado chequeos a unos 65 millones de viajeros en esta frontera y otras cercanas, como Ruanda o Sudán del Sur, para evitar que el virus se extendiese a países vecinos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de que va a enviar a Uganda 3.500 vacunas rVSV-ZEBOV, el tratamiento experimental que se está usando actualmente y que ha mostrado una efectividad del 97 %, según la OMS.
Uganda, que tiene previsto empezar las vacunaciones este viernes, cuenta también con casi 5.000 empleados sanitarios vacunados en 165 centros de todo el país, incluido el que mantiene aislados a los afectados.
“Es un acontecimiento preocupante, pero nos hemos estado preparando para esto desde hace meses”, consideró hoy el secretario general de la Cruz Roja de Uganda, Robert Kwesiga, quien explicó que la institución ha entrenado a centenares de voluntarios para concienciar de la enfermedad en las comunidades.
Médicos Sin Fronteras (MSF), que coopera en las actividades de respuesta al brote en la RDC, explicó que están coordinándose con el Ministerio de Sanidad de Uganda para explorar una posible intervención.
“Hasta ahora, es muy pronto para saber las consecuencias que va a tener en Uganda”, señaló la organización médico-humanitaria en un comunicado.
Fuente: EFE Salud