Por carisma, simpatía y esa estampa de seductor que tanto lo identificaba, Rodrigo Bueno se convirtió en una de las máximas estrellas de la canción. Letras pegadizas que rápidamente encontraron su lugar lo catapultaron al firmamento. Si bien su popularidad sigue presente en cada canción, en los corazones de sus seguidores, su carrera fue corta pero exitosa. Dio sus primeros pasos a principios de los 90, y su luz se apagó el 24 de junio de 2000. Luego de brindar un show en City Bell, en la autopista que une La Plata con Buenos Aires, una camioneta encerró a la suya y la hizo volcar. El desenlace ya es conocido. En el vehículo iban su mujer, Patricia Pacheco, y su hijo, Ramiro (20), quienes salvaron su vida de milagro. En aquel entonces el nene tenía tan sólo 2 años y medio. Se cumplieron 18 años del fatal desenlace y el joven, ya un adolescente que empieza a caminar la vida, vivió las mil y una en todo este tiempo. Sin su padre, su mamá se las rebuscó para que no le faltara nada y pudiera crecer con dignidad. “De mi papá recuerdo poco y nada, lamentablemente, porque su partida fue cuando yo era muy chiquito. Algunas cosas las tengo presentes por videos, pero recuerdos fijos no tengo”. Más allá de esto, destaca el cariño que le brinda la gente en la calle. A través del público puede imaginarse lo que generó el Potro en la sociedad. En este contexto, confiesa que siente la presencia de su padre en cada cosa que hace. “A mi padre lo tengo siempre presente, hoy estoy escuchando mucho su música. Yo siento que en el día a día hay señales de que él que me cuida. Por ejemplo, el día que llené la planilla por primera vez para El Porvenir, pasó un chico cerca, que ni me conocía, escuchando un tema de mi viejo”.
¡Su camino! Lejos de la música, donde tal vez podría haber encontrado reparo, encontró lugar en el estudio y en su pasión por el fútbol. El año pasado se recibió de periodista deportivo, y mientras encuentra su lugar hace sus primeras armas en el programa radial Invictos en el deporte, que se puede escuchar por www.1925.com.ar, también juega al fútbol en El Porvenir. “El club me dio la oportunidad y por suerte la pude aprovechar. Sé que tengo un camino largo por recorrer, pero no voy a bajar los brazos, me siento a la altura de llegar a Primera”. En este camino encontró a su media naranja, al amor de su vida. Melina Terreros es quien está a su lado, el hombro en el que se apoya cuando lo necesita. “Ella es la mujer que amo con todas mis fuerzas. Mi compañera, mi todo”. Los chicos apuestan al bajo perfil e intentan pasar lo más desapercibidos posible. Ramiro adoptó una postura similar a la de su madre, Patricia, con quien sigue viviendo.
¡Presente! A lo largo de su carrera, Rodrigo cosechó una gran fortuna monetaria. Contratos, presentaciones, los trece Luna Park y los discos vendidos, por citar algunos ejemplos… pero nada de esto quedó en manos de su heredero. Invitado a Almorzando con Mirtha Legrand, brindó detalles: “Hubo un gran tema… que por suerte no lo padecí, pero tengo que decir que vivo al día. Vivo con mi mamá y vivimos de los alquileres de unos departamentos que compramos… Me parece una injusticia, él ganó mucho dinero. Era un triunfador”.
Fuente: Paparazzi