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Frida, la famosa perra rescatista, se jubila tras 10 años de servicio en la Armada mexicana

La labrador se convirtió en un símbolo de los esfuerzos de rescate durante la respuesta a los terremotos de 2017 en México.

Frida se jubila con los galones puestos. La famosa perra rescatista ha protagonizado un homenaje este lunes 24 de junio en México, en el que ha recibido un juguete de retiro y una caricia de parte del almirante Eduardo Redondo, vestido de gala para la ocasión. Los diez años de servicio activo en operaciones de rescate y su actuación en los terremotos de septiembre de 2017 en México la han convertido en todo un ídolo pop.

Hoy reconocemos la loable labor de Frida, rescatista de esta institución que hoy es sinónimo de lucha, esfuerzo, unión  pero sobre todo de esperanza. ¡#GraciasFrida por todos los años de servicio en los que ayudaste a salvaguardar la vida de muchas personas! #ParaServirAMéxico

La perra labrador deja tras de sí un balance contundente. Durante su trayectoria ha ayudado a localizar a más de 50 personas, 12 de ellas con vida. Su currículum incluye labores de rescate en los terremotos de Haití y Ecuador, en 2010 y 2016 respectivamente, y en los dos sismos que sacudieron a México el 7 y 19 de septiembre de 2017 y causaron la muerte de más de 400 personas.

En medio de la tragedia, las imágenes de Frida en plena acción entre los escombros de edificios derrumbados se volvieron virales e inspiraron el lanzamiento de libros, muñecos y otros proyectos solidarios. Además, tiene una cuenta en Instagram con más de 500 seguidores y hace un año el Estado de Puebla le dedicó una estatua de bronce en reconocimiento a su labor. Una salva de cumplidos y memes ha recorrido las redes sociales tras conocerse la noticia de su jubilación. "Su ladrido siempre dio esperanza y en momentos de dolor e incertidumbre trajo alivio", ha dicho Redondo sobre la perra, antes de desearle “buena mar y mejores vientos”.

Desde cachorra, Frida fue entrenada por la Armada de México para rescatar a víctimas de desastres naturales. Para ello, iba equipada con un visor que protegía sus ojos del humo y con unas botas especiales que permitían su trabajo entre los escombros. Con su jubilación, la labrador se quita su equipo de servicio activo para tomar un lugar en la retaguardia; a partir de ahora se dedicará a entrenar a otros perros, las Fridas del futuro.

Fuente: El País

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