ECONOMIA |

La fábrica de piletas Pelopincho despidió a 38 trabajadores

La empresa adujo que por la crisis apenas tienen 3 de los 10 pedidos que tenían a esta altura del año en 2018.

Producto de la crisis económica que atraviesa nuestro país, que golpea principalmente a las industrias y a las pymes, Pelopincho, la fábrica de piletas más popular de la Argentina, despidió a 38 empleados, un 15% de su planta.

 

Héctor Goethe, presidente de la empresa Sonne, argumentó el mal momento que atraviesa la compañía y las bajas ventas. "A la gente no le alcanza para la comida menos nos va a comprar una pileta", dijo.

Hace dos meses, la firma había reducido el horario de trabajo de los operarios, aunque de acuerdo a lo que dijo el titular, mantuvo el sueldo completo. Sin embargo, la crisis ya se sintió durante el verano cuando no llegaron a vender el 50% de las piletas.

“Hoy tenemos pedidos que son el 30% de lo que registrábamos a esta altura el año pasado. Si sumamos la compra potencial que se puede dar en los próximos meses estimamos que llegaremos a un 65% o 70% del trabajo que teníamos en 2018. Con esa situación tuvimos que ajustar nuestra plantilla con el despido de 38 personas para asegurarle la ocupación a los otros 200”, remarcó el empresario.

Según el dueño de la compañía, la venta de las piletas es estacional y solo se comercializa desde diciembre hasta el 10 de enero aproximadamente. "Esta temporada hubo una gran retracción en las ventas. La producción anual fue de 300.000 unidades y los comerciantes se quedaron con el 50% de stock. Indefectiblemente la reposición caerá para fin de año", lamentó.

El dueño de las piletas Pelopincho y Tiburoncito expresó: “Hoy no tenemos el apoyo de los bancos. Todo lo que hacemos es con financiamiento propio. Si tengo que pedirle prestado al Banco Nación me cobran un 90% de interés que después es imposible trasladar a los consumidores. Tenemos condicionamientos de todos los colores".

Goethe negó que se haya tratado de un desmanejo empresarial y aseguró que “el consumidor de las piletas es el que va a las góndolas y hoy no le alcanza para comprar alimentos, está comprando segundas y terceras marcas para poder acceder, y nosotros tenemos que apuntar a venderle una pileta. Existimos por el apoyo de los proveedores, los clientes y la gente que tenemos adentro de la fábrica. Me siento tranquilo porque esto no es un desmanejo de la empresa, es consecuencia de la crisis que vivimos en el país”.

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