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La vacuna contra el alzhéimer podría estar cada vez más cerca

El descubrimiento de una vacuna contra el avance del alzhéimer y sin efectos secundarios podría materializarse y estar a disposición de los afectados en tan solo 3 años.

Uno de los mayores desafíos de la ciencia es frenar el avance y la aparición del alzhéimer. Como ya sabemos, pocas enfermedades pueden ser tan desesperantes, a la vez que tristes, tanto para el paciente como para el entorno familiar.

Por otro lado, también sabemos que, a veces, nos cansamos de leer y escuchar todo tipo noticias “positivas” al respecto de esta y otras enfermedades neurodegenerativas.

Se nos habla de descubrimientos y avances mientras, día tras día, sigue aumentando el número de diagnosticados.

Tanto es así que se estima que para el 2050 el número de casos de alzhéimer llegue a los 135 millones en todo el mundo. El dato no significa en absoluto que la enfermedad sea ahora más grave que antes.

Significa que la esperanza de vida aumenta, y el simple hecho de rozar la frontera de los 80 hace que la prevalencia del alzhéimer sea más común.

Todo ello eleva, sin duda, la necesidad de seguir luchando e invirtiendo fondos en la investigación contra esta enfermedad.

En julio de este mismo año salió publicado en diversos medios un estudio esperanzador y con una base sólida.

La Universidad de Flinders de Australia y  el Instituto de Medicina Molecular y la Universidad de California (Estados Unidos) han desarrollado una vacuna que podría frenar la aparición del alzhéimer.

A continuación te ofrecemos todos los datos.


La ansiada vacuna contra el alzhéimer: una larga batalla
Según un trabajo publicado en la revista científica Alzheimer’s Research & Therapy, cerca del 99% de ensayos clínicos para frenar el alzhéimer han fracasado.

En 2010, Estados Unidos ya patentó una primera vacuna. Sin embargo, resultó ser un fracaso, ya que los efectos secundarios eran graves.

La denominaron AN1792 y llegó incluso a ser aprobada por la Agencia Americana del Medicamento. No obstante, tras nuevos análisis, el fármaco quedó invalidado y el proyecto suspendido.

De ello hace cerca de 6 años, y desde entonces, lejos de encontrar más muros y más fracasos, los avances han sido muy positivos.

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Una primera vacuna experimental: la EuroEspes
Tras el fracaso de Estados Unidos llegó la EB101 de la  EuroEspes. Este centro médico con sede en Galicia (España) logró dar un paso más allá de la AN1792 y eliminar gran parte de sus efectos secundarios.

Los principales logros serían los siguientes:

Actuar como un inmunógeno‐adyuvante capaz de generar anticuerpos contra las placas que genera la proteína beta‐amiloide y que, poco a poco, van favoreciendo la aparición del alzhéimer.

Asimismo, la vacuna EB101 evita los casos de meningoencefalitis o las microhemorragias cerebrales que ocasionaba la AN1792.

No obstante, esta vacuna aún está a nivel experimental y todavía no hay fecha para su patente ni para su comercialización.

La vacuna que revierte las enfermedades neurodegenerativas
Lo señalábamos al inicio. Una universidad de Australia y el Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de California son los últimos en dar el paso hacia la supuesta vacuna definitiva.

Este fármaco supone un avance asombroso y verdaderamente esperanzador, ya que podría prevenir e incluso revertir varias enfermedades neurodegenerativas.
Además del alzhéimer, esta vacuna podría ayudarnos a frenar enfermedades como el párkinson, el Kuru (enfermedad neurodegenerativa e infecciosa causada por un prión) o la enfermedad de Huntington.
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Lo conseguirían mediante la combinación de dos tratamientos:

Una primera vacuna actuaría sobre la proteína beta-amiloide.
El segundo fármaco trabajaría sobre las proteínas tau. Hay estudios que afirman que, cuando estas proteínas no funcionan, la célula no puede tirar sus “residuos” y la otra proteína, la beta-amiloide, tiende a acumularse de forma nociva.
Poco a poco, provoca la muerte celular.

La vacuna estaría lista en tres años
Nikolai Petrovsky es el médico endocrinólogo que lidera este proyecto. La idea es tener lista la vacuna para que salga al mercado dentro de dos o tres años.

Los resultados de los experimentos hechos hasta el momento son todos positivos, pero aún hay objetivos por cumplir.

Serían los siguientes:

Revertir el alzhéimer cuando la persona acaba de recibir el diagnóstico (en las fases muy avanzadas aún no resulta eficaz).

También podrá utilizarse como vacuna para las personas de 50 años que no tengan síntomas. De este modo, se podría prevenir la aparición de estas enfermedades neurodegenerativas.

En esencia, se busca, ante todo, evitar el desarrollo de las demencias cuando aún no han aparecido o cuando están en una fase temprana.
Sería pues una luz futura para paliar la incidencia del alzhéimer en las generaciones del mañana.

Lamentablemente, los familiares o conocidos de nuestro entorno afectados ya por estas enfermedades neurodegenerativas seguirán sin tener cura.

Fuente mejorconsalud.com

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