Del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa destinada a fomentar la leche humana y mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Frente a la pandemia que estamos viviendo, y las indicaciones de aislamiento, las mujeres que amamantan a su bebé se han preguntado acerca de la lactancia, de su continuidad o su inicio en el caso de quienes han dado a luz en este contexto.
Al respecto, la Dra. María Luisa Ageitos, médica pediatra y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría, destacó los beneficios de la leche materna y los cuidados que debe tener la mamá que está amamantando.
"Se vio que no es necesario separar a la mamá del bebé. De todos modos, la mamá debe tener mucha higiene de manos como sabemos y barbijos al momento de amamantar. Con esos cuidados el riesgo de que el bebé contraiga el coronavirus es mínimo y se ha sopesado en los beneficios que le aporta la lactancia humana al bebé porque la leche humana es un tejido vivo", explicó.
Según la doctora, "los factores inmunitarios de la leche combaten virus, bacterias y tienen muchas funciones de protección del bebé. Por eso aconsejamos, si el estado de la mamá no es cuadro grave, seguir manteniendo la lactancia".
"Ahora si una mamá necesita un aislamiento hay que tratar de mantener la lactancia con extracción, guardando esa leche para tratar de mantener la lactancia los días que la mamá tenga que estar aislada", aclaró.
Ageitos comentó que este año la Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra bajo el lema ‘Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable’. La campaña pone foco en el impacto que produce la alimentación infantil en el medio ambiente e indirectamente en el cambio climático.
“En esta Semana Mundial de la Lactancia Materna destacamos su significado como una verdadera conexión entre la salud humana y los ecosistemas de la naturaleza. La leche materna es natural, renovable y ambientalmente segura. Proteger, promover y apoyar la lactancia materna contribuye a disminuir las desigualdades que existen en el camino del desarrollo sostenible”, explicó la Dra. María Luisa Ageitos, médica pediatra, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría.
La producción de leche de vaca, por ejemplo, genera contaminación en diversas instancias, como en el gas metano que emite la vaca, el alimento que necesita, el combustible necesario para transportar la leche y el envase que la contiene. La leche materna, en cambio, es un producto humano que es capaz de producir el alimento modelo que necesita la especie usando alimentos de menor calidad: la mamá, por ejemplo, convierte proteínas vegetales en la proteína patrón, que es la leche humana. Además, es la única diseñada por la naturaleza para el bebé humano: todos los mamíferos producen leche para sus crías, todas diferentes, cada una adaptada a la velocidad de crecimiento y a las características de esa cría.
Teniendo en cuenta que la lactancia natural es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita, la Sociedad Argentina de Pediatría, en línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la recomienda como modo exclusivo de alimentación durante los 6 primeros meses de vida y en forma complementaria con alimentos saludables por lo menos hasta los 2 años de edad. No obstante, en la Argentina, según la cifras de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENaLac) de 2017, la lactancia materna exclusiva se mantiene a los 2 meses en solo 6 de cada 10 niños (58%), a los 4 meses en 1 de cada 2 (51%) y a los 6 meses en apenas 4 de cada 10 (42%).