A 1800 metros sobre el nivel del mar la belleza de la localidad de Chaquivil sorprende. El paraje que pertenece a la comuna rural de Anca Juli y que se encuentra a sólo 50 kilómetros de la capital tucumana, posee un paisaje fascinante. Rodeada de montañas, senderos de cornisa y caudalosos ríos, el acceso a esta localidad es a pie o caballo.
Allí se encuentra la escuela albergue de alta montaña 218, a la que asisten niños y jóvenes de la zona y los alrededores.
Este jueves, tras un viaje de veinte minutos en helicóptero, el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, junto a su equipo, fue recibido por la comunidad educativa con la hospitalidad que caracteriza a los habitantes del lugar.
El objetivo de la visita fue dialogar con los estudiantes del nivel secundario que se reabrió en agosto de este año y observar las refacciones que se realizan en los edificios.
“Estamos aquí para escuchar a los docentes, a los chicos de la primaria, de la secundaria y también a los más chiquitos. Queremos conocer las necesidades pero también los logros”, sostuvo Lichtmajer.
escuela1En relación a infraestructura, señaló que se han realizado varias refacciones. “En temas vinculados al albergue vamos a trabajar fuerte para que los chicos de la secundaria también puedan tener también su albergue como los chicos de primaria”, expresó.
La directora del establecimiento, Viviana Díaz, agradeció la presencia del ministro a quien le contó los logros de esa comunidad, en la que destacó el compromiso de los padres. “Tenemos una asistencia perfecta, los chicos asisten al establecimiento educativo con mucho entusiasmo, hasta llegan más temprano del horario de clases. Hay muchas ganas y mucho compromiso de parte de los alumnos y de los padres”, dijo.
Destacó los avances de infraestructura que se llevaron a cabo en la institución. “Nos mandaron a arreglar los techos, en los que teníamos problemas porque se llovían. Además, nos hicieron la cerca perimetral y la reforzaron. Nos mejoraron los baños y las duchas, que ahora tienen privacidad, y se hizo el piso en el lavadero y en una de las habitaciones que faltaba”, concluyó la directora.
Cecilia Palacios es docente de Nivel Inicial y, como todos los maestros de esta escuela, recorre a caballo, entre ocho y diez horas, el trayecto que une a El Siambón y la escuela, dependiendo de las condiciones climáticas. Su estadía en la escuela varía de tres a cinco semanas, por las mismas razones.
Su jornada empieza muy temprano para asistir y acompañar a los chicos que se quedan en el albergue. “Es un trabajo lindo, muy reconfortante. Es agradable estar con los chicos. Ojalá que el que venga después de mi que lo haga de corazón. Me emociono cada vez que hablo sobre esto porque me gusta mucho este lugar. No sé hasta cuándo seguiré. Será hasta que Dios me lo permita. Ojalá que el que venga lo haga con amor porque acá eso es lo que necesitan los chicos. Por más difícil que sea el camino, aquí uno se recompensa con el afecto que recibe de ellos”.