El ministro de Economía, Martín Guzmán, llega este lunes a Washington, donde se reunirá con directivos del Fondo Monetario Internacional para avanzar en la definición de una posible fecha para la misión de revisión que enviará el organismo y en la negociación del nuevo programa económico que se acordará. Será, además, la antesala de la visita que hará a Nueva York. Allí, el funcionario mantendrá su primer encuentro formal con representantes de los principales bancos y fondos de inversión para discutir los planes del Gobierno de cara a la reestructuración.
En el Ejecutivo celebran los avances. Por un lado, la declaración del Fondo de la insostenibilidad de la deuda. Por otro, el encuentro de ayer entre Guzmán y Mnuchin que, consideran, los acercó a la posibilidad de obtener el voto más codiciado en el directorio del organismo para aprobar la reestructuración del programa stand by: EE.UU. es su mayor acreedor y el único país con poder de veto en el board.
La titular del organismo dijo que avanzará con la revisión para "oportunamente obtener un programa respaldado por el Fondo". La intención oficial, que hasta ahora recogió el visto bueno de la cúpula del FMI, es ir hacia un plan que mantenga la austeridad fiscal pero que no acelere el ajuste para llegar a un superávit primario hacia 2023, de la mano de una postergación por tres años de los pagos al organismo y de un canje con los bonistas que deje un período de gracia similar y una importante quita de capital e intereses. Todo eso sin pasar a un acuerdo de facilidades extendidas.
Pero la partida no está para nada definida. Los grandes fondos se nuclearon en distintos grupos: algunos, como el liderado por Greylock, con un discurso más "colaborativo", de acuerdo a la jerga de Economía; otros, como el liderado por Blackrock, se muestran más dispuestos a trabar un acuerdo inconveniente para sus intereses.
Estos grandes fondos, que según estimaciones privadas concentran cerca del 40% de los más de USD60.000 millones en bonos Ley Nueva York que el Gobierno busca renegociar, tienen un amplio poder de fuego ya que las cláusulas de acción colectiva que tienen estos títulos exigen el consejo de entre el 66% y el 85% de los tenedores para realizar el canje. Mañana será el primer careo y en dos semanas se conocerá la oferta formal.