El candidato a presidente llamará nuevamente a construir una coalición para derrotar a Macri.
Sergio Massa hará un último esfuerzo para convocar a toda la oposición política antes de iniciar una negociación directa con Alberto Fernández, el candidato a presidente de Unidad Ciudadana que designó Cristina Fernández de Kirchner.
Massa tiene previsto utilizar hoy su cuentas en las redes sociales para formalizar la convocatoria formal a "una gran coalición opositora" que se apoyaría en su programa de 10 puntos de gobierno que anunció a principios de abril.
Esos 10 puntos pueden funcionar como una plataforma electoral, ya que establecen propuestas institucionales vinculadas al crecimiento, la pobreza, la educación publica, los jubilados, la seguridad y la transparencia del estado, entre otras demandas de la sociedad.
Un acuerdo muy lejano
La mayoría de los dirigentes de la oposición que no responden a la fórmula Fernández y Fernández comparten los 10 puntos de gobierno propuestos por Massa, pero desconfían de las decisiones tácticas del candidato a presidente del Frente Renovador y bajo ninguna oferta política aceptarán cruzar a las filas del kirchnerismo soft.
Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto, Roberto Lavagna, Margarita Stolbizer y Miguel Lifschitz ya dialogaron y negociaron con Massa. Y no lograron nada, al contrario: Schiaretti se corrió unos días para tomar vacaciones en el sur de Italia, Urtubey y Pichetto siempre desconfiaron del timing político del exintendente de Tigre y Lavagna ya conformó su espacio propio y negocia con Stolbizer y Lifschitz.
En este escenario, Massa propone una escenificación de su propuesta de gran coalición y espera producir el efecto político deseado: convocar a las partes, ofrecer los 10 puntos del Frente Renovador, intentar la construcción de una alianza opositora y, ante un posible fracaso de su propuesta, iniciar formalmente las negociaciones con los delegados de Fernández y Fernández.
Massa tiene dos obsesiones políticas que se funden en sí mismas: ocupar la Presidencia de la Nación y derrotar a Mauricio Macri, que es su enemigo político número uno. Para ello, el candidato del FR resolvió enterrar las diferencias que mantenía con su enemiga política número dos.
Cónclave en Libertador
A pocas cuadras de la Recoleta, el candidato Massa ocupa oficinas sobre la Avenida Libertador. Es una confortable Unidad Básica que el líder del Frente Renovador (FR) transformó en su refugio político. El martes próximo, a la hora del té, Massa y sus principales compañeros de ruta se sentaran ante una mesa ovalada de vidrio templado para decidir el futuro electoral del FR.
A esa hora del martes, Massa y sus consejeros políticos ya sabrán la respuesta de los distintos dirigentes convocados para construir una "gran coalición opositora". Se trata de una mera formalidad: si no hay un acontecimiento abrupto e inesperado, Massa y el Frente Renovador van rumbo al acuerdo político con Fernández y Fernández.
Massa sueña con la Presidencia de la Nación y Alberto Fernández –su amigo y exjefe de campaña–, no tiene problemas en abrir las PASO y competir por el primer lugar en la fórmula de una alianza electoral que aún es anónima. Fernández reconoce la capacidad política de Massa, pero no duda que lo vencerá apoyado en los votos de CFK, el conurbano bonaerense y al menos seis gobernadores del Norte argentino y la Patagonia.
Fuente; Infobae