ARTE Y CULTURA | virtual | Cosquín |

Se cerró la primera edición del Cosquín Rock virtual

El festival online cerró con los estelares de León Gieco, Kapanga, Molotov, Damas Gratis y Las Pastillas del Abuelo, entre tantos otros.

Con el show que León Gieco ofreció este domingo desde su casa, empezaba a despedirse la primera edición del Cosquín Rock Online, un festival virtual que se pensó para volver sustentable al entretenimiento musical en tiempos de pandemia.

Como está en edad de riesgo, el santafesino evitó expresarse en uno de los venues seteados para el evento, pero le puso calor a la extraña circunstancia de tocar ante una cámara y para miles que se intuyen del otro lado.

Al cabo, desde gestos y emoción corporal, León se alineó al desconcierto de Andrés Ciro Martínez en la fecha inicial, cuando cantó Tan solo en un Luna Park vacío, y a la confesión de la comediante Dalia Gutman, quien en la tarde de ayer planteó abiertamente “No sé qué carajos es el streaming”.

León Gieco aportó lo suyo delante un cortinado y acompañado por un buda a su derecha y un Premio Gardel a su izquierda. Agradeció la convocatoria, recordó que el Cosquín Rock continúa la tradición festivalera de La Falda y confesó que hace 120 días que no sale.

image.png

Posteriormente afrontó un set breve de cuatro canciones. Tres de ellas, tuvieron su correspondiente dedicatoria: El desembarco, a las Madres de Plaza de Mayo; El fantasma de Canterville, a Charly García; y Sólo le pido a Dios, a Mercedes Sosa, porque, según contó, la película de Win Wenders sobre el Papa Francisco tiene la versión que él hizo con la tucumana en la memorable serie de conciertos del Teatro Ópera, a comienzos de los ’80.

La memoria fue la canción que completó su ofrenda folk.

Pero más allá de los gestos interpretativos, lo concreto es que en el Cosquín Rock Online se registraron 170 mil conexiones (86 mil en la apertura, 84 mil en la clausura) y que el correlato digital del festival serrano estuvo a la vanguardia en materia de producción de espectáculos. De todos modos, quedan aspectos para mejorar, si es que esta nueva realidad vino para quedarse.

Porque si bien ayer no se produjeron cortes ni deficiencias severas como en la apertura, los shows de Ratones Paranoicos, Los Cafres, Airbag y Turf se interrumpieron de repente a la media hora de comenzados.

image.png

Los destacados

1) Contrapunto femenino. La jornada de clausura había comenzado a la hora señalada con un interesante contrapunto femenino. Fue el que animaron la cordobesa Paz Carrara y la rosarina Rhiza. La primera emergió en el escenario Luna Park, con una propuesta de folk otoñal y melanco, mientras que la segunda en el Vorterix y en plan electrodiva respaldada por un operador de PC.

El antagonismo de las propuestas se potenció por el marco en que cada una se mostró: Carrara, en la inmensidad de un estadio cerrado; Rhiza, en un ambiente que remitía a sala de ensayo.

2) Llenar la inmensidad. Zoe Gotusso hizo su aparición más alineada al extremo de Carrara. La exmitad de Salvapantallas afrontó su concierto en la inmensidad de un Luna Park vacío, pero llenó cada espacio con ternura y talento.

Al arrancar, confesó que su intención era llevar alegría “a las casas” y que había preparado algo “bien Domingo”. E inmediatamente comenzó a arpegiar con su criolla y a cantar con ese dulce registro que se le conoce. Zoe fue consecuente lo que le había adelantado a VOS recientemente, que tenía que ver con su pretensión de sonar más cercana a un ideal de fusión latinoamericana que indie.

Entonces, entregó versiones sentidas de Cheio De Vazio (bossa del brasileño Paulinho Moska), Detrás de ti (del cantautor uruguayo, y de culto, El Príncipe) y de Guitarra, dímelo tú (de Atahualpa Yupanqui). Para entonces, Gotusso ya estaba acompañada Diego Mema (también cordobés, en otra criolla) y Chari (piano). Y bien predispuesta para encarar un tramo final de perlas propias. Estas fueron Monoambiente el capital, Tu compañía (que creó como frontwoman del grupo Coso) y Ganas. En un evento en el que nadie arriesgó demasiado, Gotusso resultó disruptiva.

image.png

3) Determinación. Luego de recordar que los derechos de las mujeres son vulnerados en su país, la chilena Cami abonó al factor power girl mostrándose autosuficiente para desarrollar un show con las limitaciones que impone el aislamiento.

Fue en la misma sintonía que Pablo Lescano, de Damas Gratis: intuir las reacciones del otro lado en simultáneo con la expresión. Cami ratificó que es viable un folklore latino atravesado por una vibración electro, y al tiempo que percutió un bombo legûero, rapeó, bailó y recordó que tiene los ovarios bien puestos.

4) Cumbia responsable, Pablo Lescano dijo que era la primera vez que Damas Gratis se juntaba desde que comenzó la cuarentena. Y que afrontaba la exigencia del festival en streaming sin ensayo previo. A decir verdad, la falta de actividad no se notó en un espectáculo bien al hueso y sin dispersión, que a su vez tuvo la recomendación “quedate en casa” y al trompetista aislado en otro extremo de la sala para que no “salpique”.

5) Hendrix en el pecho. Control Machete, Dr. Dre o Ysy A conviven en el universo de referencias de Trueno (salió con remera de Hendrix) se mueve con soltura entre el hip hop “vieja escuela”, el trap y sonidos más latinos.

Como un buen ejemplo de la diversidad de estilos que conviven en su primer disco, el joven identificado con el barrio de La Boca estrenó en vivo grandes versiones de GPS, Atrevido o Azul y oro que lo mostraron como un rapero inflamable y protagonista natural de la escena nacional. Además, junto a dos MC y dos DJ, fue uno de los artistas que mejor se comunicó con las cámaras que registraron su concierto y aportó una importante cuota de frescura.

6) Flamea la bandera del indie. El Mató a una Policía Motorizado se presentó desde La Trastienda y desplegó una alquimia musical (y visual) que encajó a la perfección con el plan de seguir un festival rockero “desde casa”.

Con desplazamientos de cámara que potenciaron el carácter etéreo de buena parte de la música del hoy sexteto, el show de Él Mató rankeó alto entre las mejores actuaciones de todo el festival. La bandera del indie guitarrero bien plantada y una nueva confirmación de su lugar de referencia en la música argentina actual. La participación de Anabella Cartolano, de Las Ligas Menores, fue oportuna pero dejó sabor a poco.

7) Entretenedores multiplataforma. El grupo liderado por el Martín “el Mono” Fabio demostró que se puede dar un show divertido y “festivalero” sin la complicidad de miles de personas pogueando algunos de los clásicos más festejados de cualquier Cosquín Rock, como El mono relojero o Me mata. Destacado en redes por su capacidad de “levantar a un muerto”, el frontman de Kapanga atravesó las pantallas con su carisma a prueba de todo.

8) Espíritus sólidos. La banda que venía golpeada por la salida de dos de sus integrantes un año atrás tuvo la posibilidad de demostrar que el sonido sigue intacto pese a que le falta una pieza fundamental: Santiago Moraes. Abrieron el concierto con un gran tema de su reciente disco Sancocho llamado Buscando la luz y siguieron varios estrenos hasta que llegaron grandes hits como Jugo, Huracanes y La rueda que mueve al mundo. La banda sonó sólida y se mostró muy divertida con la idea de volver a tocar. Claramente esperaron meses por este momento.

FUENTE: Análisis de La Voz

Dejá tu comentario