Para algunos, sacarle una foto a una sofisticada hamburguesa casera gourmet puede ser un ritual que ayuda a disfrutar mejor de cada bocado. Eso es lo que creen los investigadores de la Universidad Saint Joseph y la Universidad de San Diego, que elaboraron un estudio enfocado en dos grupos de personas, uno con una serie de platos saludables por un lado y otro con propuestas más cercanas a la comida chatarra o fast food. Dentro de cada grupo se les pidió a la mitad de los participantes que retrataran sus platos, y a otros no.
Aquellos que habían retratado una hamburguesa o una porción de torta calificaban su plato con mejor puntaje que aquellos que no le sacaban una foto.
Los platos sofisticados, sabrosos, con una iluminación perfecta y listos para ser apreciados en las pantallas de los teléfonos móviles son agrupados en Instagram bajo su propio hashtag: #foodporn.
Los investigadores creen que el comportamiento de retratar la comida permite que las personas pongan más atención en el plato y en la experiencia que lo rodea.
La manía de estar pendiente de la cámara también fue objeto de estudio de las Universidades del Sur de California, Pennsylvania y Yale, donde remarcan cómo los retratos fotográficos pueden incrementar el disfrute de una experiencia.
A la vez, muchos chefs y dueños de restaurantes piensan lo opuesto : que la preocupación por tomar la foto y por compartir las imágenes en las redes sociales va en detrimento del disfrute de la experiencia gastronómica. (La Nación)
G.A.