“Es falso que la crisis psíquica y física a la que aludió (la denunciante) tuviera origen en los supuestos abusos. Ello obedeció a la situación de violencia de género grave que le produjo una tercera persona, (el concejal David) Mizrahi, con quien mantiene una relación de pareja que debe ser investigada”, afirmó José Alperovich ante la Justicia.
Agregó que Mizrahi, que era una de sus “manos derechas” y militó en su vertiente política hasta la derrota electoral del año pasado -luego se enroló con el oficialismo-, “manipuló” e “instrumentalizó” a la joven para destrozarlo.
Según Alperovich, el diputado Carlos Cisneros y el abogado Gustavo Morales y otros políticos y funcionarios habrían participado en un gran complot en su contra. Por eso, pidió la citación de más de 50 testigos, según la publicación de la periodista Irene Benito.
Alperovich aseguró que el relato de su sobrina formaba parte de una operación de desprestigio de su persona concebida en forma calculada, incluso con el asesoramiento de especialistas en comunicación.
El senador atribuyó a Mizrahi el haber “perturbado y enfermado por completo hasta físicamente” a su sobrina, a quien “captó y dominó” a su voluntad. “Ella misma aludió que Mizrahi la manipulaba; la maltrataba; la había insumido en una pesadilla; la tenía aleccionada; la dirigía y la confundía. Son sus palabras textuales”.