Así se lo confirmó Santos al diario La Nación, y destacó el impacto positivo en el consumo, en especial para el interior y las economías regionales, que el Presidente dijo tener como prioridad. "Debemos continuar con los feriados programados porque tienen que ver con una modalidad de consumo de los turistas que salimos por pocos días, muchas veces al año", afirmó el ministro. No obstante, aclaró que "habrá que evaluar algunos que se superponen, y son exageraciones que pueden generen un parate en la Argentina". "Desde ya no puede haber ninguna actividad que esté por encima del interés general del país", definió.
Es que el decreto 1584, firmado por la ex presidenta Cristina Kirchner en 2010, tuvo como principal beneficiario al turismo local y sus diferentes subros subalternos: agencias de viaje, alojamientos, restaurantes y cafés, estaciones de servicio, empresas de transporte, etc. También hubo un fuerte impacto en las industrias locales, siempre ponderadas por el mandatario.
Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en 2015 hubo 9 fines de semana largos en los que cerca de 10 millones de personas recorrieron el país y gastaron, de manera directa, 15.692 millones de pesos. Vicente Lourenzo, vocero de CAME, admitió que el sistema tiene ganadores y perdedores, ya que "al sector industrial esto le trae varias complicaciones y un aumento de costos importante" porque deben optar por no trabajar o por pagar esa jornada al doble de valor.