Dos semanas después de invadir el norte de Siria, Turquía le ofreció hoy a Estados Unidos avanzar aún más sobre su vecino para ayudar a derrotar al Estado Islámico (EI) en su último gran bastión, la ciudad de Al Raqa, mientras en el resto del país la guerra empeora y sumó 100.000 desplazados más en el oeste.
Al mismo tiempo, fuera del país, en Londres, el equipo negociador de parte de la oposición siria, el mismo que participó del fallido diálogo de paz en Suiza el año pasado, presentó un nuevo plan con una salida política para el conflicto que ya lleva más de cinco años. Como en las versiones anteriores, la propuesta reclama que el presidente Bashar al Assad abandone el poder.
El plan opositor por ahora obtuvo el visto bueno de Reino Unido; sin embargo, es poco probable que recolecte apoyos más allá de sus aliados occidentales, principalmente Estados Unidos y las potencias europeas.
Las iniciativas diplomáticas que buscan discutir una solución a la guerra están completamente estancadas.
El Departamento de Estado norteamericano se negó hoy a confirmar que su titular, John Kerry, fuera a reunirse este mes con su par ruso, Serguei Lavrov, para discutir una solución al conflicto sirio, como había anunciado Moscú horas antes.
Desde hace más de medio año que las únicas iniciativas diplomáticas que prosperan y se concretan en Siria son limitadas en tiempo y espacio.
Hoy por ejemplo, el gobierno sirio concretó un intercambio con una milicia islamista, el Ejército de la Conquista, que opera en la provincia de Idleb, en el norte del país.
El gobierno liberó a 86 presos de la Cárcel Central de Hama a cambio de que la milicia entregue en las próximas horas los cuerpos de los dos pilotos rusos que fueron derribados por grupos insurgentes en la zona de Idleb en julio pasado, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres.
Según esta organización, el acuerdo, que busca ser un gesto de Damasco hacia su principal aliado extranjero, Rusia, incluirá más excarcelaciones de las prisioneros de Seidnaya y Adra, en el norte del país, en los próximos días, informó la agencia de noticias EFE.
En tanto, los combates continúan en todo el país y la guerra, que ya provocó más de 280.000 muertes, se complejiza cada vez más.
La ONU denunció este miércoles que más de 100.000 civiles tuvieron que abandonar sus casas entre el 28 de agosto y el lunes pasado en la provincia de Hama, en el centro-oeste del país, para escapar de los combates entre el Ejército y milicias rebeldes, informó la agencia de noticias Europa Press.
Según Naciones Unidas, muchos de los desplazados duermen en las calles, aunque muchos otros pudieron refugiarse en cuatro mezquitas en la ciudad de Hama y en 12 escuelas de zonas rurales.
La Media Luna Roja ya informó que ayudó a unas 7.000 familias en Hama, mientras que la ONU envió un convoy de 12 camiones con ayuda para 15.000 personas más.
No obstante, al menos 6.500 familias siguen necesitando urgentemente alimento y otra ayuda básica.
Más hacia el norte, en tanto, la situación en el terreno escaló desde que el Ejército turco invadió esa región vecina hace dos semanas para tomar una pequeña ciudad en manos del EI y frenar el avance de las milicias sirio-kurdas, aliadas de la guerrilla independentista turco kurdo PKK, cerca de su frontera.
Una vez tomada la ciudad de Jarabulus y obligado a las milicias sirio-kurdas a retroceder del otro lado del río Éufrates, Turquía continuó avanzando sobre pueblos en manos del EI y el presidente Recep Tayyip Erdogan anunció públicamente que está dispuesto a ayudar a Estados Unidos en recuperar la última gran ciudad siria en manos del EI, Al Raqa.
De concretarse esto, el Ejército turco avanzaría sobre el otro lado del Éufrates, la región donde se replegaron los kurdos-sirios, aliados hasta ahora de Washington en la lucha contra el EI.
"(Barack) Obama quiere que hagamos algunas cosas juntos respecto de Al Raqa en particular", dijo Erdogan a periodistas en el vuelo de regreso a Turquía desde China, donde se reunión con su par estadounidense y también con el ruso, Vladimir Putin.
"Respondimos que no hay problema por nuestra parte. Dijimos, 'que nuestros soldados se unan, se hará lo que sea necesario'", contó el presidente turco, que agregó que el rol concreto de Turquía dependerá de conversaciones adicionales.
Pese a que Estados Unidos intenta mantener un difícil equilibrio entre su histórico socio de la OTAN, Turquía, y su alianza con los kurdos-sirios; Ankara continúa avanzando en el país vecino y atacando a esas milicias.
El líder kurdo-sirio Rizan Hadu informó hoy a EFE que una persona murió y varios resultaron heridos en un nuevo bombardeo de Turquía contra sus posiciones en Afrín, un enclave kurdo en el noroeste de Siria. (Télam)
MS