Amalia Granata habló por primera vez con lujo de detalles de la infidelidad de su pareja, Leonardo Squarzon, quien la engañó con una tal Paula Linda, desconocida hasta ayer. Y en diálogo con Marcelo Polino y Yanina Latorre, la periodista -quien está embarazada de seis meses- explicó que se enteró de la traición amorosa el sábado 3, justo una semana atrás, cuando recibió el llamado de una productora de Canal 9.
Siempre según la palabra de Amalia, la productora le contó que había sido la periodista Greta Rodríguez -amiga de Linda- quien le había pasado material comprometedor de Squarzon junto a otra mujer. "'¡Ya me lo pasás!', le dije, y me mandó las fotos y los audios, todo".
¿Y entonces? "Me empezó a agarrar taquicardia y se me aflojaron las piernas", recordó Granata. Acto seguido, lo llamó a Squarzon: "Pasó esto, cuando esté más tranquila, hablamos", le dijo por teléfono. Regresó a su casa y encontró a su hija de ocho años, Uma Fabbiani. Llamó a dos amigos suyos para que la ayudaran: no sabía bien qué hacer, sólo que tenía que llevar a la niña a la casa de su abuela, la mamá de Cristian "Ogro" Fabbiani, en Ciudad Evita. Con la ayuda de sus amigos, lo hizo. "Y cuando la llevé, me liberé porque no quería que se enterara de nada", subrayó Amalia.
"Hasta no saber bien qué estaba pasando, si las fotos eran viejas, quién era esa persona… Aunque ya desde el momento que te llama alguien de la televisión, algo hay. Sino, no te llaman", destacó la ex Gran Hermano Famosos.
Rato después, Squarzon llegó a la casa donde conviven desde hace poco tiempo. "Me dijo: 'Me baño y hablamos', me dijo. Y me contó todo la verdad. Porque yo no soy boluda, y sé cuándo me mienten y cuándo no", alertó la panelista. Pero, ¿qué le dijo el empresario? "'Me mandé la cagada de mi vida y te pido perdón. Hago lo que vos digas: me voy ahora, en una semana, lo que digas'. Pero yo nunca pensé en separarme -advirtió Amalia-. No está en discusión la cagada que se mandó Leo. Él es culpable, entre comillas. Y se hizo cargo. Pero hablar de culpas y de que yo lo perdoné… En su momento lo perdonará Dios. Y se le dará una segunda oportunidad a la relación".
"La responsabilidad es de él, pero esto es algo de a dos. Yo me había enfocado en mi trabajo…", dijo Amalia, ensayando una especie de mea culpa, y después de asegurar que ambos están "muy enamorados", reconoció que el embarazo "se dio muy pronto". Aclaró que varios chats difundidos en los medios son "inventados", porque "este tema rinde y empiezan a aparecer cosas".
Pero, ¿nunca sospechó de un engaño? Sí, sí lo hizo. "Un día Leo llegó tarde, y me dio un beso que me despertó. Algo olí ahí, porque siempre llegaba en silencio y no hacía ruido…" Destacó, no obstante, que Leonardo "no es un pirata". "¡Porque el pirata no deja pruebas! El boludo que quiere hacerse el macho adelante de sus amigos, hace esta estupidez de sacarse fotos. Lo hizo de boludo. Pero no lo justifico. Yo también metí los cuernos, sorry…"
¿Y Paula Linda? "Me hubiese cagado con la China Suárez. '¡Con este mamarracho!', le dije a Leo (mientras los dos la veían hablando en Intrusos, el viernes). Es todo tan bizarro. Por eso después, hasta lo tomábamos a risa", reconoció Granata. Y dijo sentirse "enojada" porque la mujer habló de su hija, y de la relación -al parecer problemática- que Uma mantiene con Squarzon. "(Linda) es una persona que no está bien. Hasta es inimputable. Esta chica, con que sólo te diga 'Hola' te das cuenta".
Granata también criticó a Greta Rodríguez, quien buscó desligarse del escándalo. "La intención de todo esto era darla a conocer (a Linda) en los medios".
Otras frases destacadas de Amalia:
—Hace un par de años Leo sufrió un ACV, y después de nuestra charla, le agarró una puntada muy fuerte en la cabeza. Tenía la presión muy alta. Quise ir al hospital, pero me dijo que no. Nos acostamos. Estaba muy mareado. Lo cuidé toda la noche. El domingo también estuvo mal, justo cuando se conoció todo esto: lo cuidé yo todo el fin de semana.
—Esta semana estuvimos súper unidos los tres (ella, su pareja, y Uma). Toda las semana íbamos a un pelotero y mientras ella jugaba, nosotros charlábamos.
—Leo está angustiado, siente vergüenza en su trabajo, en la calle. "Vamos", le digo, porque soy yo la que sigue empujando.
G.I