En la Argentina de 2024 uno de cada tres trabajadores formales es pobre, a pesar de contar con un empleo en blanco, aguinaldo, salario surgido de negociaciones paritarias, obra social y todas las condiciones que marcan las leyes.
También están bajo la línea de la pobreza el 70% de los trabajadores informales, que no gozan de esos beneficios pero tienen un ingreso estable. El plan de ajuste para estabilizar la economía dispuesto por el gobierno de Javier Milei intensificó el fenómeno de los “trabajadores pobres”, algo que ya se había manifestado con claridad durante el gobierno anterior, en la post-pandemia.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Buenos Aires, en la Argentina existen más de 2 millones de trabajadores formales en situación de pobreza, en base a un cálculo hecho sobre la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que toma en consideración los principales conglomerados urbanos del país y excluye las ciudades de menos de 200.000 habitantes.
El informe evidencia el hecho de que en la Argentina contar con un empleo formal puede ofrecer algunos beneficios pero no alcanza para escapar del drama central del país: más de la mitad de sus habitantes, tal como lo muestra la última estadística del Indec conocida la semana pasada, son pobres.
“Uno de los hallazgos más importantes es la creciente presencia de ‘trabajadores pobres’, quienes, a pesar de estar empleados, no logran superar la línea de pobreza. Este fenómeno es más agudo entre los trabajadores no registrados, con una tasa de pobreza superior al 70%, mientras que los trabajadores regulados enfrentan una pobreza del 30%. Esto evidencia que el empleo formal, aunque brinda cierta protección, no es suficiente para mitigar el impacto de la crisis”, señala el informe.
GANADORES Y PERDEDORES
Entre los perdedores, mencionan a muchas actividades muy masivas y formalizadas cuyos trabajadores no pudieron evitar caer en la pobreza. En ese grupo, destacan a los obreros de la construcción, los empleados de comercio, los “oficinistas de tareas rutinarias”, los limpiadores tercerizados de hotelería y el personal doméstico. En el terreno de los trabajadores mercantiles, sobre todo gastronómicas, en las que se respetan todas las condiciones de trabajo que marca la leypero, a la vez, se pagan sueldos muy bajos.
“las clases más desventajadas, especialmente aquellas con empleos manuales de baja productividad y cualificación, son las que presentan mayor exposición”, mencionan los investigadores. En estas clases, para 2024, la pobreza afecta a casi 7 de cada 10 personas".
El deterioro del poder adquisitivo en los asalariados formales forma parte de un avance de la pobreza tanto en los subocupados (que trabajan menos de 35 horas semanales) como en los sobreocupados (que lo hacen más de 45), un dato que refleja que “más horas de trabajo no garantizan mejores condiciones económicas”.
“Al analizar la relación entre pobreza y horas trabajadas, se destaca el incremento en el porcentaje de trabajadores regulados que son pobres, en especial los sobreocupados, cuyo número ha crecido en aproximadamente 20 puntos porcentuales, mientras que los ocupados plenos y los subocupados han aumentado alrededor de 15 puntos porcentuales”, concluye el informe.