En uno de los últimos tiros de esquina del partido, en el que fue a cabecear hasta el arquero Agustín Marchesín en busca de la heroica que lo llevara a los penales, las cámaras de la transmisión oficial se quedaron por unos segundos con la imagen de un Riquelme muy inquieto, lejos de la templanza que lo caracteriza.
Más nervioso se puso después de que Rodrigo Rey, gran responsable de la clasificación del Rojo, embolsara el último centro de la noche y comenzara a bajar desde los escalones del estadio el grito “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, que ya había cantado una parte de la hinchada azul y oro en los octavos ante Lanús.
Otra vez la TV lo volvió a enfocar a Román, ceño fruncido, quien se cebó un mate casi de espaldas al campo de juego, como si no estuviese dándole importancia al asunto. Repitió el gesto que hizo días atrás, después de que la gente estallara en los penales con el Granate.
Luego de dejar el termo en la mesa y exhibir un gesto un tanto más calmado (aunque la procesión fue por dentro), agarró una botella de agua, le dio un sorbo y se quedó con la mirada perdida hasta que lo despabilaron los silbidos y otro cántico caliente: “La comisión, la comisión, se va a la p… que lo parió”.
Es la segunda vez que el hincha de Boca canta contra su gestión, que venía de un 2024 sin títulos y que en este 2025 sigue sin festejar una vuelta olímpica. Días atrás en Paraguay, donde viajó para participar del Congreso anual de FIFA, le había dejado un mensaje a los bosteros: "Los quiero mucho, que disfrute. Vamos a estar bien, que no se dejen llenar la cabeza".
FUENTE: TyC Sports