“Fue bastante duro porque sabíamos la magnitud de Irán. Tiraron al menos 200 misiles en dos tandas. La mayoría fueron derribados, pero algunos tocaron tierra e hicieron mucho daño”, relató Chacana. Uno de los proyectiles cayó cerca de su casa, provocando la muerte de una persona. Otros impactaron en Tel Aviv y en la ciudad de Rishon LeZion, con un saldo de al menos tres muertos y grandes destrozos.
El tucumano detalló los protocolos de seguridad que rigen en el país ante ataques de esta magnitud. “Te avisan con diez minutos de anticipación que van a sonar las sirenas. Tenés que meterte en la habitación de seguridad del departamento, y si no tenés, ir a un refugio municipal. Si no llegás, hay que buscar resguardo bajo escaleras o en los pisos más bajos”.
Además, confirmó que las actividades cotidianas se vieron afectadas: “Colegios y trabajos están parados. La calle está vacía. Todo el mundo atento a las noticias por si Irán lanza otra ofensiva esta noche”, comentó. También mencionó que los aeropuertos están cerrados y que muchos ciudadanos israelíes quedaron varados en el exterior.
Chacana, que actualmente es ayudante de campo en el equipo Sub-17 del Maccabi Tel Aviv y entrena a jugadores del plantel profesional cuando no están convocados, se mostró sereno pero alerta. “Con el tema de Irán, que es una potencia mundial en armamento, da miedo. Se nota mucho cuando un misil es interceptado en el aire y cuando otro toca tierra. El estruendo fue muy fuerte”, describió sobre el impacto cercano a su vivienda.
Finalmente, habló de su familia: “Mi señora y mis dos hijos están bien. Uno de ellos está en el ejército, pero no en zona de conflicto, así que eso nos da un poco de tranquilidad”.
Un recuerdo imborrable en La Ciudadela
Carlos Chacana compartió una postal inolvidable de su paso por San Martín y en las víspera del día del Padre.
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Padre e hincha. En el Día del Padre de 1999, Carlos Chacana ingresó a la cancha con su hijo Galo Igor, de apenas dos semanas, en brazos, en una jornada cargada de emoción en La Ciudadela. Foto: La Gaceta
“Esa foto creo que es del ’99, tenía dos semanas mi hijo, el mayor, Igor. Fue un momento espectacular que viví en el club”, recordó con emoción. A más de 10.000 kilómetros de distancia, desde Israel, el exfutbolista mantiene vivo su vínculo con el Santo: “Mi familia es muy fanática, siempre va a los partidos y me cuenta cómo está el equipo. Siempre tengo novedades de mi querido San Martín”.
