La magnitud de la tragedia motivó que el presidente chino, Xi Jinping, emitiera órdenes para reforzar la seguridad y prevención de este tipo de incidentes.
Un incendio en un edificio comercial el miércoles en la provincia de Jiangxi, en el sureste de China, dejó al menos 39 muertos y otros nueve heridos, según medios estatales.
Las autoridades del distrito Yushui de la provincia de Jiangxi dijeron que el incendio se produjo en el sótano de una zona comercial por la tarde. Las labores de rescate sumaron efectivos del cuerpo de bomberos, policías y funcionarios del Gobierno local.
El Gobierno local dijo que hay una investigación en marcha, aunque las primeras averiguaciones apuntan a que el incendio fue causado por soldaduras no autorizadas en los trabajos de construcción que se realizaron en el sótano, según fuentes locales.
La emisora estatal CCTV informó más tarde de la conclusión de las operaciones de rescate y confirmó que no quedaba nadie atrapado en el edificio, que albergaba un cibercafé en el sótano y academias de clases particulares en los pisos superiores.
El presidente chino, Xi Jinping, señaló en un comunicado que se trata de otra tragedia de seguridad, y pidió al Gobierno y al Partido Comunista que "frenen de manera decidida la frecuente ocurrencia de diversos accidentes y garanticen la seguridad de las vidas y propiedades y la estabilidad social general". La declaración incluyó órdenes para que el Comité de Seguridad Laboral del Consejo del Estado subsane cualquier brecha en las medidas de seguridad.
Durante el fin de semana, se produjo además un incendio en la provincia central de Henan en un dormitorio de un internado, en el que murieron 13 niños.
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