De esta forma, se pone fin al principio conocido como ius sanguinis o “derecho de sangre”, que hasta ahora permitía a descendientes de tercera generación o más tramitar la ciudadanía, es decir, aquellos con bisabuelos o tatarabuelos italianos podían reclamar la ciudadanía.
El decreto, que posee una vigencia de 60 días, aún debe ser ratificado por el Parlamento italiano, pero se espera que esto ocurra sin contratiempos, ya que la primera ministra cuenta con una mayoría parlamentaria que respalda esta medida.
"Por ahora el alcance real ha sido bloquear todos los turnos porque lo que se hizo es un decreto de ley, el cual toma vigencia inmediatamente pero tiene que ser ratificado por ambas cámaras, no como en la Argentina. Entonces hay dos meses de tiempo para eso sino el decreto decae", sostuvo en LV12, el presidente de Fratelli d'Italia Argentina, Vito De Palma.
En este marco, "nosotros estamos trabajando par hacer una propuesta con colegas de todo el mundo pero sobre todo de Latinoamérica, donde más fuerte se siente el problema. Realmente la medida que se ha tomado es excesiva, es demasiado".
Los motivos de la nueva normativa
De igual manera, el periodista también enumeró los distintos motivos por los cuales se ha optado por este cambio. "Lamentablemente la ciudadanía italiana se había transformando en los últimos años como en una mercadería: había gente ofreciendo cobrando miles de dólares o euros, también vendían turnos, algo absolutamente ilegal. O sea que se estaba creando un mercantilismo alrededor de un hecho soberano como lo es conceder una ciudadanía, que tiene que ser encarado con la máxima seriedad y transparencia".
Además, según estadísticas oficiales, "más del 90% de las personas que obtenía la ciudadanía, después se iban a residir a otro país".
En conclusión, para el político "es una medida había que tomar, pero la que se tomó se exageró. Esto de limitar desde el punto de vista de las generaciones no va a estudiar las diferentes problemáticas, porque no es el mismo caso de una familia que nunca se interesó y ahora quiere pedir una ciudadanía, que una que siempre mantuvo el contacto con Italia. Entonces quitarle los derechos a esa familia, me parece una barbaridad".