Un equipo científico del CONICET creó un yogurt probiótico que contiene una bacteria que fue empleada para reforzar el sistema inmune y prevenir enfermedades intestinales y respiratorias.
"La tecnología que hemos desarrollado con un grupo de científicos, investigadores y técnicos del Cerela, consiste en una bacteria láctica probiótica que pertenece a la colección de cultivos de nuestro instituto, la cual tiene propiedades benéficas una vez que es consumida, es decir, lo que se llama propiedades probióticas", dijo María Pía Taranto, investigadora del CONICET del Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela) a LV12 Radio Independencia.
"Somos todos del norte y hay una persona de Buenos Aires, somos diez desarrolladores, los cuales con nueve mujeres y dos varones, la mayoría somos de Tucumán pero todos desarrollamos nuestra actividad en el Cerela, lo cual para nosotros es un honor representar a la provincia en una transferencia tecnológica de magnitud nacional"
La investigadora señaló que la bacteria provoca la estimulación del sistema inmunológico, aumentando las defensas naturales del cuerpo del ser humano y, así prepararlo para prevenir enfermedades intestinales o respiratorias, "provocadas por un virus o bacterias".
También informó que, a través de un convenio de licencia, la cepa tendrá fines comerciales a través de la empresa Danone y de su línea de productos de yogures no sólo "para que toda la sociedad pueda consumirlos y beneficiarse con las propiedades que confiere esta bacteria a través de su compra", sino también, que una parte de la producción será destinada a su distribución dentro de programas sociales. Mientras tanto, la tecnología, es decir, la cepa seguirá perteneciendo al CONICET y a sus desarrolladores.
Taranto informó que en nuestra provincia, este tipo de políticas públicas de alimentación ya se vienen implementando con el programa "Yogurito", un yogurt brindado en las escuelas tucumanas, programa que forma parte del Gobierno de Tucumán, el Ministerio de Desarrollo Social y la Dirección de Políticas Alimentarias.
De esta manera especificó, que la comercialización del nuevo yogur probiótico no modificará la vigencia del programa "Yogurito", mucho menos en Tucumán, donde se ejecutó de "manera ininterrumpida".
El tiempo de estudio que llevó el yogur probiótico
Entre investigaciones, identificación y otros procesos, la creación de este yogur con beneficiosas propiedades, tardó alrededor de 20 años.
Asignarle género, especie, nombre y apellido a la bacteria fue parte del largo proceso, una etapa fundamental ya que forma parte de la identificación de la misma, que tiene "particularidades más allá de las características comunes de todo el grupo".
Una vez realizada la identificación y otras etapas necesarias para que el yogur fuera apto para consumo humano, comenzaron los estudios "in vitro", donde se ponen en evidencia "ciertas características a través de parámetros" y se robustece la información en diferentes fases.
El siguiente paso es el "estudio preclínico con animales de laboratorio", donde se observa que se "reproduzca en el sistema más similar al objetivo, que es el humano".
Finalmente, "se termina de evaluar estas propiedades asignadas a la bacteria a partir de los estudios clínicos con humanos, en donde confirmamos todo lo que veníamos viendo en las fases anteriores de esta estimulación del sistema inmunológico, una vez que es consumida".