Susana Beatriz Montoya, de 74 años, fue hallada muerta en su casa del barrio Ampliación Poeta Lugones, en la zona norte de la ciudad de Córdoba. Se trata de la madre de Fernando Albareda, militante de HIJOS y a su vez hijo de del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, secuestrado y desaparecido durante la última dictadura. Desde diciembre había recibido violentas amenazas.
En una pared de su casa dejaron una leyenda con una amenaza, escrita con lo que parece labial rojo: "Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos. #Policía".
Fue el propio Albareda quien encontró a su mamá muerta, tirada en el patio de la casa. "Sólo atiné a llamar a la Policía. Salté la tapia de la casa vecina y vi que estaba muerta, ya morada", relató a La Voz.
El hombre había recibido serias amenazas en diciembre. "Se te terminaron los amigos en la Policía", "Te vamos a juntar con tu papito", "Vas a morir", decían los mensajes, escritos en letra negra sobre fondo blanco y acompañados por balas calibre 22 largo y esvásticas nazis.
"Yo recibo amenazas todos los meses. Nunca les dí bola. Pero ahora parece que han vuelto, que están rompiendo todos los códigos", planteó Fernando.
Antecedentes de amenazas
Albareda está lamentablemente acostumbrado a esta situación. "Las amenazas que solían llegar antes siempre las recibía yo, papelitos en el auto, notas por debajo de a puerta, llamadas a mi teléfono. Incluso a las llamadas las respondía de vez en cuando con puteadas", había relatado a Página 12.
El hombre también sufrió intimidaciones durante la instrucción de la causa que investigó el secuestro y la desaparición de su papá y, sobre todo, durante el juicio oral en el que fueron condenados el genocida Luciano Benjamín Menéndez y los policías retirados Rodolfo Campos, Armando Cejas y Hugo Britos.