Para poder relajarse, Steve pasa una hora diaria en el gimnasio dándole golpes a una pera de boxeo. Termina exhausto, pero se siente muy bien. Después de la intensa sesión, logra descansar.
El concepto tradicional de descanso está asociado con la falta de movimiento y con el estado de reposo. ¿O no?
La respuesta puede parecer simple, pero no lo es. Se puede estar dormido, pero no relajado.
Acostarse en una hamaca o sentarse en una cómoda silla apoyando los pies encima de la mesa que se tiene al frente son apenas un par de modalidades dentro de la gran variedad de mecanismos que se utilizan para combatir el cansancio efectivamente.
Es la conclusión a la que llegó un equipo multidisciplinario de neurólogos, sociólogos, psicólogos, artistas e historiadores tras dos años de investigación. En el análisis participaron 18.000 personas en 193 países.
¿Qué es descansar?
"El descanso no es un estado natural, es una relación subjetiva que cada individuo establece con el concepto de relajación", explica Felicity Callard, profesora de la Universidad de Durham, en Inglaterra, y coordinadora del estudio.
Callard indica que se trata de una idea relativa. Por esa razón, para poder entender qué es el descanso, tiene que abordarse desde diferentes perspectivas.
Su definición pasa por la consideración de aspectos económicos, cambios históricos y registros fisiológicos del descanso, entre otros elementos.
Para un artista, por ejemplo, el trabajo y el esfuerzo de pintar un cuadro puede ser una actividad absolutamente relajante y placentera.
Variación histórica
Según Michael Greaney, profesor de literatura de la Universidad de Lancaster, en Inglaterra, la definición moderna del descanso está basada en la Biblia.
"En el libro sagrado del cristianismo se refiere la historia de la creación del mundo: Dios descansó al séptimo día. Se evidencia la idea de proporción y de que el descanso tiene que ganarse", indica Greaney.
Y prosigue: "Se trata de un ciclo entre pasividad y actividad. El trabajo y el descanso se definen mutuamente".
A lo largo de la historia, sin embargo, el concepto de descanso ha variado.
En la Edad Media, la idea de tener un tiempo de reposo era importante. A principios del siglo XX, el tema fue objeto de debate, a raíz del cual se desarrollaron una serie de técnicas de relajación que tenían como objetivo controlar la tensión física y luego la emocional.
Riesgos modernos
En la actualidad, para algunos especialistas, el concepto de descanso parece estar en crisis. Hay más actividades de esparcimiento, pero eso no quiere decir que la gente se sienta más descansada.
"La falta de momentos de relajación en la literatura contemporánea es una señal de alarma para la sociedad moderna. En los últimos cinco años, por ejemplo, muchos autores empezaron a imaginar mundos en los que no se duerme", afirma Greaney.
Para muchos, conciliar el aspecto físico y el descanso puede ser complicado. Pero para Steve, la relación es muy clara.
"Cuando me ejercito, necesito menos tiempo para relajarme. Cada vez que hago ese esfuerzo físico, siento que logré un objetivo. Eso hace que deje de pensar en aspectos de mi personalidad que cuestiono con frecuencia. Y eso, para mí, es descanso".
Fuente BBC