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Dengue: cuál es el uso correcto del repelente

Tras el aumento de casos de dengue, conocé cuáles son las principales medidas de cuidado y los repelentes adecuados, y cada cuánto aplicarlos.

El abrupto aumento de los casos de dengue en, al menos, 13 de los 24 distritos del país puso en alerta al sistema de salud. Según los últimos datos emitidos por el Ministerio de Salud, en solo una semana, en todo el país los contagios crecieron un 95%. Además, distintos responsables de centros de salud y hospitales de la Ciudad de Buenos Aires afirmaron que los casos sospechosos de la enfermedad generan “colapso de las guardias”.

El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada y luego pica a otras personas les transmite esta enfermedad. El contagio sólo se produce por la picadura de estos insectos afectados y nunca de una persona a otra, ni a través de objetos.

Las personas infectadas son las portadoras y multiplicadoras de los virus y, al ser picados por mosquitos no infectados, la fuente de difusión hacia otras personas sanas.

De allí que la principal forma de prevenir la patología es evitar la picadura del mosquito.

“Debemos evitar que nos pique el mosquito Aedes aegypti, que es el transmisor del dengue y otras virosis como zika y chikungunya”, comenzó a explicar la médica especialista en Medicina Familiar e integrante del equipo médico de la Fundación Mundo Sano, Mariana Fernández. Y continuó: “Para ello existen los métodos de barrera químicos como el uso de repelentes individuales, la colocación de insecticidas medioambientales en el interior de los domicilios, y físicos, como los mosquiteros en puertas y ventanas. También, es importante evitar exponerse en espacios abiertos en los horarios del amanecer y el atardecer, que es el momento de mayor presencia del vector”.

Además, las principales recomendaciones para evitar la reproducción del mosquito incluye eliminar los reservorios donde el mosquito se reproduce. Esto es: desechar todos los objetos inservibles capaces de acumular agua (latas, neumáticos, macetas rotas, juguetes rotos, y toda la basura que esté alrededor de la vivienda); limpiar las canaletas y recodos de desagües periódicamente, para permitir que el agua corra sin obstáculos; verter agua hirviendo en lugares de difícil acceso y con presencia de huevos; deshacerse de las botellas llenas de agua que se suelen colocar alrededor de los árboles o mantenerlas tapadas; mantener el césped cortado al ras y el jardín o predio desmalezado; tapar el tanque de agua o los tambores donde se reserve agua para consumo en caso de no contar con agua potable corriente; renovar diariamente el agua de los bebederos.

Cómo, cuándo y dónde usar repelente

Desde Mundo Sano recomiendan usar este tipo de productos “mientras se está al aire libre, y reaplicándolo cuando haga falta”. “Los más difundidos son los basados en DEET, un químico que debe usarse con moderación -aclararon-. Como alternativa hay productos con sustancias naturales no tóxicas, como el aceite de citronela”.

Son muchas las marcas en el mercado, pero los especialistas recomiendan seguir siempre las indicaciones del envase, que suelen aclarar el tiempo en que es necesario reforzar la aplicación. Es importante cubrir toda la piel, incluso la de la cara, en donde, para su aplicación, -en el caso de los aerosoles- el consejo es rociarse las manos y esparcir el producto en cara y cuello evitando la zona de la boca y los ojos.

Para proteger a los bebés, quienes no pueden usar repelente, se debe colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, el consejo es usar insecticidas establecidos como ambientales. “Recurrir a tabletas ayudará a proteger un dormitorio durante la noche. Y los espirales servirán para ahuyentar a los mosquitos en lugares bien ventilados”, aseguraron los especialistas.

Cuáles son los síntomas y qué hacer en caso de sospecha de la enfermedad

El dengue genera en las personas fiebre acompañada de manifestaciones como dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos, cansancio intenso, conjuntivitis, pérdida de apetito y erupciones en la piel.

Ante la aparición de esos síntomas, la primera recomendación es no automedicarse con analgésicos o anti febriles, ya que eso podría inhibir los síntomas. La indicación es llamar a un médico o ir a la guardia de un centro de salud cuanto antes.

El Ministerio de Salud recomendó: “Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas es muy importante realizar una consulta médica de manera temprana, no automedicarse y evitar la picadura de mosquitos para evitar que el vector se contamine con nuestra sangre y siga transmitiendo el virus”.

Los síntomas de dengue generalmente duran entre dos y siete días. La mayoría de las personas se recuperan en alrededor de una semana. No existe un medicamento específico para tratar la enfermedad, sino que se tratan los síntomas de la infección.

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FUENTE: Infobae

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