La mujer había declarado en 2021 ante la Fiscalía que el ídolo de la Selección argentina había elegido esa residencia junto a su hija Giannina y que el contrato había sido firmado por Jana, otra de sus hijas.
Por su parte, el dueño de la casa había contado en 2020, tiempo después de la muerte de Maradona, que faltaba una ducha en el baño del piso de abajo para que pudiera higienizarse correctamente.
Vadim Mischanchuk, el abogado de la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las siete acusadas, consideró que estas declaraciones "no son tan importantes" porque su defensa está enfocada en "la cuestión médica". "No hay manera de vincular a mi cliente que es psiquiatra con tan penoso desenlace", sostuvo.
Además de la psiquiatra, se encuentran imputados por el delito de homicidio simple con dolo eventual, el neurocirujano Leopoldo Luque, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Omar Almirón, su jefe Mariano Perroni, la médica coordinadora de Swiss Medical Nancy Forlini y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, mientras que la enfermera Gisela Madrid irá un juicio por jurados populares.
Las declaraciones de los médicos que atendieron a Diego Maradona el día de su muerte
En la audiencia del jueves pasado declararon dos testigos clave: los médicos Colin Campbell Irigoyen y Juan Carlos Pinto. Ambos coincidieron que en el lugar "no había aparatología" para atender a Maradona y aseguraron que cuando llegaron al lugar ya estaba muerto hacía al menos una hora.
El primero en ingresar al lugar fue Campbell Irigoyen, vecino del country San Andrés, y relató: "Llegué, le estaban haciendo maniobras de reanimación y me sumé con un tensiómetro y un estetoscopio. Ya estaba muerto desde hacía un par de horas", sostuvo, a la vez que afirmó: "Lo vi frío y no reaccionaba a nada".
El psicólogo Carlos Díaz fue la persona que llamó a la guardia para averiguar si había un médico en el barrio cerrado que se pueda acercar y revisar a Maradona.
En tanto, Juan Carlos Pinto, médico de la empresa especializada en emergencias médicas +Vida, resaltó que en la casa "no había la aparatología suficiente para atender al paciente" y agregó: "Hacía rato que estaba muerto. Más de dos horas aproximadamente. Lo digo por varias razones: por los signos de rigidez que tenía, su postura cadavérica, que se hace más manifiesta a partir de las dos horas, y porque tenía manchas cadavéricas en la espalda", sentenció.