La investigación del FBI se centró en identificar el paradero de millones de dólares que, en su mayoría, correspondían a fondos universitarios, planes de jubilación y herencias. Tras rastrear estos fondos, la agencia identificó una cuenta de criptomonedas conectada con Tether Ltd., a donde habían sido desviados. En un operativo que mostró las capacidades avanzadas de la división de delitos financieros del FBI, se logró confiscar los fondos y garantizar el reembolso completo a los inversores afectados, muchos de los cuales habían perdido la esperanza de recuperar sus ahorros.
Más de ocho millones de dólares que representaban los sueños, el esfuerzo y la planificación financiera de una comunidad entera estaban en juego cuando el Heartland Tri-State Bank cayó en la estafa criptográfica que lo llevó a la quiebra. Entre los afectados se contaban padres que habían ahorrado para los estudios universitarios de sus hijos, trabajadores que dependían de su cuenta de jubilación y familiares que habían apartado fondos para el cuidado de sus seres queridos mayores. También se incluían herencias y legados de futuras generaciones.
Estos ahorros, considerados seguros y resguardados en un banco de confianza, se esfumaron repentinamente cuando el fundador del banco, Shan Hanes, transfirió sus fondos a una cuenta fraudulenta en criptomonedas.
Uno de los casos que ejemplifica la angustia vivida por los afectados es el de Margaret Grice, accionista del banco y una de las víctimas del fraude. Grice acudió a la corte con la expectativa de recuperar apenas 1.000 dólares de su inversión.
Sin embargo, el fallo del tribunal le devolvió casi 250.000 dólares, la totalidad de su plan de jubilación, noticia que la dejó sin palabras. “Estoy muy emocionada”, expresó Grice entre lágrimas al conocer el veredicto. “Puedo respirar”, dijo en el informe elaborado por la Reserva Federal. Estas palabras reflejan el alivio de una comunidad cuyos miembros, la mayoría amigos y vecinos, enfrentaron una pérdida colectiva devastadora.
FUENTE: Infobae