Alexis Mac Allister, Julián Álvarez, el tucu Exequiel Palacios, Cuti Romero y Nahuel Molina, son algunos de los jugadores que el Bocha Fernando Batista ha moldeado en selecciones juveniles. Siempre que él estuvo al mando de la Sub 20, trabajó de manera silenciosa y con una idea clara: su objetivo principal era que aquellos pibes fueran los profesionales del futuro. Y el Mundial llegó. Julián, Alexis y Nico, tres de la escuela Batista, estuvieron en la lista de Lionel Scaloni. Ampliando el panorama, Thiago Almada (Atlanta United FC), quien hasta hace poco estaba jugando en el Juvenil, logró conseguir un lugar en la lista y tener unos minutos en cancha, por la lesión del tucumano Joaquín Correa. "Me ha tocado dirigirlos y que hoy estén ahí me pone muy contento, como entrenador y argentino", confesó el Bocha.
"Estoy contento por el fútbol argentino porque hace bastante no teníamos una alegría como esta, más allá de la Copa América pero ganar un mundial es algo hermoso. Ver disfrutar al pueblo argentino de esa manera emociona", expresó Fernando Batista en LV12.
Batista destacó la templanza de Scaloni
Dentro de su estadía en la Selección, el Bocha, tenía una relación muy cercana con Lionel Scaloni. Sin ir más lejos, fue su sucesor cuando Lionel tuvo que dejar la Sub 20 para asumir como director técnico de la Mayor. "Lionel está iniciando su camino como todos los entrenadores, para ir aprendiendo y ser cada vez mejor. El tiene tranquilidad y no le tiembla el pulso si tiene que hacer algún cambio para el bien del equipo", expresó sobre el DT de la selección.
La unión, clave en el grupo
El ayudante de José Néstor Pekerman en la Selección Mayor de Venezuela, sostuvo que "hay un gran mérito del cuerpo técnico para llevarlo de la mejor manera, acompañar a Messi para que él pueda sacarse esa bronca porque se lo merecía. Los chicos tuvieron una gran personalidad y fueron por los objetivos".
El "Checho" en el Lusail con la Copa del Mundo
En las puertas de entregar el máximo trofeo del mundo, se vivió un momento muy especial en el centro del campo, cuando las autoridades de FIFA comenzaron a premiar a los mejores para luego condecorar a la Selección Argentina.
El máximo trofeo a nivel país fue trasladado por Nery Alberto Pumpido y Sergio Batista, dos campeones del mundo en México 1986.
Como hermano, el Bocha sintió una emoción inmensa al verlo ingresar. "No lo esperábamos, estábamos en familia y nos pusimos a llorar. Verlo al Checho con la Copa fue emocionante y difícil de explicar. Un orgullo para la familia", cerró.