A lo largo de su trayectoria artística, Antonio Gasalla incorporó personajes que se volvieron clásicos de la comedia argentina.
Antonio Gasalla demostró ser un actor muy versátil para los roles que le propusieron a lo largo de su carrera, pero sin dudas su veta para el humor fue la que explotó y que más le rindió, a punto tal de convertirlo en un ícono de la comedia argentina.
A lo largo de su trayectoria artística, incorporó personajes que se volvieron clásicos tanto en el cine como en el teatro o la televisión. Fue un adelantado, con una cabeza llena de creatividad para interpretar como nadie a algunos de los estereotipos de una época, aunque muchos de ellos aún vigentes en la sociedad.
A continuación, un detalle de sus representaciones más emblemáticas:
Era una señora mayor con poco filtro que se animaba a hacer las preguntas más extrañas. Con ese personaje consiguió sacarle picantes declaraciones a la diva de los teléfonos Susana Giménez en el living de su programa. Este personaje surgió a raíz de la recordada “Mamá Cora”, de la película “Esperando la carroza” de 1978.
Fue una maestra que estaba dispuesta a hablar de todo. En 1996 ya se refería a la educación sexual, algo que por ese entonces casi ni se mencionaba en las escuelas.
“Afuera”, se la escuchaba decir a este personaje cada vez que un famoso se le acercaba. Lo interpretó en sus programas y en el ciclo de Susana Giménez y pudo hacer reír a más de una celebridad que se prestó para jugar con él en este sketch, en el cual interpretaba a una empleada pública que hacía lo imposible por no permitir el paso de las personas: “¡Se van para atrás!”.
Era una mujer que buscaba trabajo, pero que se mostraba solitaria y distante y que tenía una extraña relación con su madre. Con peluca negra, al estilo Morticia Addams, este personaje era el de una mujer miedosa y bastante tranquila.
Este personaje era el de una presentadora de televisión bastante exuberante, mucha boca, mucho pelo, muchos pechos. Muy pomposa y llena de errores o furcios a la hora de expresarse.
Se trataba de una mujer de una clase social acomodada, que hablaba de sus gastos en cirugías estéticas o viajes.
Era malhumorada y se equivocaba muy seguido en sus diagnósticos. Este personaje lo hizo en uno de sus espectáculos teatrales en la década de 1990.
Interpretaba a una nena bastante maleducada, acostumbrada a decir malas palabras y ser irrespetuosa con los adultos.
Este personaje es el de una mujer que les hace creer a todos que es inválida y se aprovecha de ello para pedirle favores a todos los que la rodean.
