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El Gobierno demora los vetos a las leyes que aprobó el Senado

El oficialismo enfrenta el desafío de mantener el rechazo presidencial al incremento en las jubilaciones y la emergencia en discapacidad.

El gobierno de Javier Milei inicia una semana que busca dejar atrás los fantasmas de la anterior, signada por la derrota del oficialismo en el Senado, que implicó la sanción de tres leyes, la media sanción de otras dos y el rechazo en primera instancia de un veto presidencial. Todos asuntos que tienen implicancias en el plano de lo fiscal, algo que el Presidente delimitó como inaceptable.

La política del superávit es permanente”, afirmó Milei en la Bolsa de Comercio, mientras a pocos kilómetros de distancia el Senado seguía aprobando iniciativas contrarias a la voluntad del Gobierno. Allí aseguró que no le sorprendía todo lo que sucedía y que, en rigor, se estaba preparando para las próximas semanas. “Sabemos que vamos a ser exitosos”, afirmó.

El Gobierno ofreció dos alternativas para evitar que las tres leyes - el aumento jubilatorio, la moratoria y la declaración de emergencia en Discapacidad- sancionadas por el Congreso queden promulgadas: el veto y la judicialización de la sesión del jueves, a la cual la consideran inválida.

Los tres vetos no saldrán esta semana, ya que el Poder Ejecutivo tiene diez días hábiles para poder realizarlo. Allí, reside el debate sobre si vetar un proyecto sancionado en el Congreso implica validar las dos sesiones (la de Diputados y la del Senado) por la cual se pasaron las iniciativas. Pese a la discusión jurisprudencial del caso, se especuló con que en los considerandos del veto se incluya una referencia a la supuesta invalidez de la sesión del jueves pasado. Aquello todavía no está confirmado.

Más allá de la judicialización, el objetivo de tardar en vetar las leyes es que el Gobierno gane tiempo para articular una estrategia en el Congreso. Ya que no hay expectativas de poder triunfar en el Senado, todos los esfuerzos están situados en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene una mayor proporción de bancas propias y una composición variopinta de espacios que le permiten mayores posibilidades de negociación.

El principal interlocutor con los gobernadores es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su vicejefe del Interior, Lisandro Catalán. Aunque su rol mermó en la última semana -pero no deja de ser menor-, el asesor presidencial Santiago Caputo también es reconocido como una contraparte de fuste para muchas provincias. Será vital el diálogo que pueda iniciar el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, junto a su primo lejano y armador nacional de La Libertad Avanza, Eduardo “Lule” Menem.

El sector de Caputo y el de los Menem están enfrentados, mientras que el tándem de la Jefatura actual como un equilibrio al tener diálogo con ambos. La búsqueda de los votos para bloquear el veto los someterá a ambos bajo el mismo objetivo, aunque la falta de diálogo puede comprometer la coordinación política en las negociaciones con los gobernadores, tal y como vienen diciendo off the record desde varias provincias.

Vamos a tratar de sostener el veto, nos tenemos fe”, afirma una fuente de diálogo prácticamente diario con Milei. Esta postura dista de la pose confrontativa con la que el Presidente se mostró el miércoles pasado durante un reportaje radial, en el cual acusó a los gobernadores y a sectores de la oposición de querer “destruir al Gobierno”.

Aunque en el discurso público del oficialismo prime el denominado “talibanismo” que pregona un sector de la Casa Rosada, sigue estando la necesidad y la intención de negociar.

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