Horacio Zeballos y Marcel Granollers le ganaron la final a los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski y se quedaron con el título en Roland Garros.
Horacio Zeballos escribió este sábado una de las páginas más emocionantes del tenis argentino: se consagró campeón de Roland Garros en dobles, junto al español Marcel Granollers, en una final dramática que se definió en tres sets ante los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski.
Fue 6-0, 6-7 (5) y 7-5 para la dupla argentino-española, que gritó campeón en el segundo Grand Slam del año y por fin pudieron romper la maldición tras perder tres definiciones anteriores.
Lo mejor del primer set fue una verdadera exhibición de Zeballos y Granollers. Como si jugar una final de Roland Garros fuera algo de todos los días, la dupla salió con un aplomo asombroso y se llevó el primer parcial por un categórico 6-0. Casi sin conceder chances, impusieron condiciones desde el saque y con una defensa impecable. Fue la primera vez en la historia del torneo que una final de dobles masculinos se abre con un 6-0.
Pero como era de esperar, los británicos no se iban a rendir tan fácil. En el segundo set se ajustaron detalles, jugaron más profundo y presionaron con devoluciones agresivas. El partido se emparejó y terminó definiéndose en un tie break muy cerrado. Salisbury y Skupski lo sacaron adelante 7-5 y pusieron la final en suspenso, ante un estadio que ya vivía el encuentro con intensidad.
El tercer set tuvo todos los condimentos de una final épica. Los nervios, la tensión y los errores no forzados aparecieron, pero Zeballos sostuvo con entereza el servicio en los momentos clave. Granollers, algo más errático, se apoyó en el marplatense cuando las papas quemaban. En el undécimo game quebraron y luego, con el saque de Zeballos, cerraron el partido por 7-5 para desatar la locura.
Después de tres finales de Grand Slam perdidas, esta vez sí se les dio. Zeballos, a los 39 años, logra el mayor título de su carrera y se convierte en el segundo argentino campeón de dobles en Roland Garros, después de Mariano Hood en 2005. Junto a Granollers forman una de las mejores parejas del circuito y esta victoria en París confirma el gran momento que atraviesan.
Con la copa en sus manos y al borde de las lágrimas, Zeballos recordó su primera vez en la Philippe-Chatrier, enfrentando a Nadal en 2010, y se emocionó al pensar en lo que podrá contarle a sus hijos. “Me llevo uno de los mejores momentos de mi carrera. Gracias a toda mi familia y amigos en Argentina, la gente que me apoya cada día. Nos vemos el año que viene y vamos”, dijo, cerrando una noche perfecta e inolvidable en París.
