El UPD (Último Primer Día) es una costumbre de los alumnos de secundaria para festejar el último día de clases. En este caso, el boliche elegido, ubicado en calle San Martín 1161, estaba clausurado por el IPLA pero al momento de alquilarlo, los padres de los jóvenes no lo sabían, ya que los papeles estaban en condiciones, por lo que la situación desencadenó en polémica por la denuncia de los padres a raíz de una estafa.
"Había muchos jóvenes y tengo entendido que era un convocatoria para varios colegios. Nosotros lo que hacemos es habilitar los boliches, bares y todo negocio que expenda bebidas alcohólicas", resaltó Samuel Semrik, titular del IPLA.
Con respecto a el boliche de calle San Martín, Semrik manifestó que "no contaba con habilitación del IPLA" y dejó en claro que para habilitarlo se deben presentar una serie de papeles sino no puede funcionar".
"Este es el trabajo que hace el IPLA siempre y no es nada personal como se dijo. Debo felicitar a los inspectores porque ha sido una noche muy compleja donde hubo mucha actividad nocturna y se han clausurado muchos UPD, no solo ese", agregó el Doctor.
El interventor dijo que fue "un trabajo de prevención" e "hicieron lo que corresponde". "Siempre se debe averiguar bien quién los hace, quien organiza y hay que pedir habilitaciones para poder contratar tranquilos una actividad", cerró.