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Comenzó el juicio por el crimen de una mujer en 2020

"Contamos con pruebas incontrastables de que el imputado es el autor de uno de los hechos más aberrantes que prevé nuestro Código Penal", señaló el el MPF.

Este lunes 5 de junio, dio inicio el juicio contra Edgardo Maximiliano Monasterio, por la muerte de Graciela Ramos, asesinada a golpes con un ladrillo el 23 de diciembre de 2020, en cercanías de calles Marco Avellaneda y Córdoba, en la capital.

La investigación fue realizada por la Unidad Fiscal de Homicidios I, de Ignacio López Bustos. El auxiliar de fiscal, Guillermo Di Lella, formuló los alegatos de apertura, detalló la acusación por homicidio triplemente agravado y tentativa de abuso sexual. También expresó la pretensión punitiva de la Fiscalía a la pena de prisión perpetua en contra del acusado.

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“Contamos con pruebas incontrastables de que el imputado es el autor de uno de los hechos más aberrantes que prevé nuestro Código Penal”, señaló el investigador del Ministerio Fiscal.

Di Lella también hizo mención a la conducta de Monasterio luego del crimen. Posteriormente, declaró como testigo, desviando la investigación, proponiendo sospechosos que decían tener problemas con la víctima y su hijo”, agregó.

En la primera audiencia, dieron su testimonio los expertos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) del MPF, quienes aportarán su conocimiento respecto a diferentes puntos, entre ellos: la intervención en la escena del hecho, la autopsia practicada y las pericias genéticas realizadas para lograr esclarecer el hecho.

De este modo, se explicó que una pericia de ADN fue clave para esclarecer el caso, a partir del hallazgo en la escena de material genético encontrado en el lugar del hecho.

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La acusación

El delito se produjo en la madrugada del 23 de diciembre de 2020. Graciela Ramos, quien estaba en situación de calle, se encontraba en un galpón ubicado en calles Marco Avellaneda y Córdoba de San Miguel de Tucumán. Edgardo Maximiliano Monasterio se hizo presente e intentó abusar sexualmente de ella. Frente a la resistencia opuesta por Ramos, y al no poder lograr su cometido y para obtener su impunidad, pues el nombrado era conocido de la víctima, valiéndose de una relación de superioridad y asimétrica de poder y sometimiento que padeció la víctima por su condición de mujer y su estado de vulnerabilidad, Monasterio tomó un ladrillo que se encontraba en el lugar y, con la intención de causarle la muerte, le propinó un golpe en la cabeza, por lo que falleció, dejando sobre el cuerpo de la víctima evidencias del intento de relación sexual.

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