"Es un sueño salir campeón con esta camiseta. El equipo de mi barrio, de mi familia y de mis amigos, todos son hinchas de Sportivo. Ellos eran los que más le pedían y por suerte se dio. Seis partidos que venimos jugando con ellos (Graneros) y no le podíamos ganar. Decíamos que se nos tenía que dar y después de cuánto tiempo por fin pasó y se dio como queríamos", comentó.
La final disputada en Ciudadela tuvo pasajes de mucho nerviosismo e imprecisiones. El encuentro por momentos tuvo sus ribetes de chato. El volante central analizó lo que dejó este duelo entre el "Juliano" y el "Cocodrilo": "Al principio sí fue mucho jugar con la cabeza, jugamos la pelota al piso pero al último ya era pura garra y corazón porque las piernas no nos daban para más. Una cancha grande, estamos acostumbrados a que la pelota pique mal y hoy se pudo jugar a la pelota de forma normal".
La historia de Matías es bastante particular. La mayoría de sus horas las cumple trabajando como empleado en San Martín pero despunta el vicio de ser futbolista en Sportivo Guzmán. El duelo de hoy no le fue ajeno en cuanto a su corazón: "Ayer estaba pintando allá (señala la tribuna Pellegrini) trabajando para San Martín, soñaba con jugar acá y le pedía a Dios poder entrar un rato al menos. Le doy gracias a mi familia que ellos son los que siempre estuvieron y me dieron muchas fuerzas".
"Sportivo fue campeón por la unión del grupo. Nosotros somos una familia, ya hace tres años que venimos juntos. Gran parte del plantel fue campeón el año pasado y nos tomamos el desafío de manera muy seria. Gracias a Dios que se nos dio", concluyó Soria.