La fecha fue proclamada por la UNESCO en noviembre de 2005 y ratifica el compromiso de la lucha contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de discriminación que pueda conducir a actos violentos contra grupos de personas.
A partir de aquel 27 de enero, cerca de 7.000 prisioneros y más de 600 menores recuperaron la libertad tras sobrevivir a los campos de concentración nazis, donde fueron asesinados 6 millones de judíos como parte de la "solución final" planeada por Adolf Hitler.
Basados en una pedagogía de la memoria y una pedagogía de la esperanza, desde el Centro Ana Frank Argentina para América Latina (CAFA) se apuesta a la promoción de la convivencia en ladiversidad en las aulas, y a transmitir un mensaje de esperanza y lucha a partir del legado de Ana Frank y su familia.
En cada una de las visitas guiadas por el Museo, se reflexiona acerca del contexto que llevó a Ana Frank y a su familia a esconderse en Ámsterdam, los actos de resistencia al nazismo por parte de distintas poblaciones y las implicancias de los discursos de odio.
En un contexto internacional donde los genocidios y otros crímenes atroces continúan en varias regiones del mundo, ante un aumento mundial del antisemitismo, la banalización, distorsión y negación del Holocausto y de los discursos de odio, es primordial redoblar la responsabilidad de los Estados, de los educadores y la ciudadanía en general sobre la importancia de educar en las causas, consecuencias y la dinámica de tales delitos.
Mónica Dawidowicz, sobreviviente del Holocausto y miembro del Comité de Honor del CAFA, sostiene la importancia de recordar a las víctimas en nuestras sociedades actuales: “Recordar no es solo un acto de respeto hacia las víctimas, es un compromiso que debemos asumir con el presente y el futuro. Cada vez que comparto mi historia lo hago con la esperanza de que no se repita, para que las nuevas generaciones comprendan la dignidad humana y se alejen del odio, el racismo y la intolerancia”, dijo Dawidowicz durante el primer Congreso de Jóvenes organizado por el Centro Ana Frank Argentina.
En aquel panel, titulado “El ejercicio de la memoria Holocausto y otros genocidios, dictaduras y conflictos del pasado”, Dawidowicz remarcó: “ Con el paso del tiempo cada vez quedan menos sobrevivientes que puedan relatar sus historias de primera mano y nos recuerdan la importancia de documentar y preservar nuestras historias antes de que se pierdan. Hoy, 80 años después, enfrentamos la propagación de discursos negacionistas y la manipulación de hechos históricos, que socava los esfuerzos por construir una sociedad más justa y consciente.”
Acerca de los desafíos por educar sobre el Holocausto, Dawidowicz dijo:
“Educar sobre el Holocausto de manera significativa no es solo enseñar cifras o hechos aislados. Debemos encontrar formas de vincular esas historias con los problemas actuales, promoviendo empatía y comprensión en las generaciones jóvenes.”