Desde que se dispararon las alertas meteorológicas sobre la catástrofe, el Gobierno Nacional aseguró haber desplegado todos sus recursos para asistir a los damnificados. En este sentido, el Ministerio de Seguridad Nacional y la Agencia Federal de Emergencias activaron el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR). A través de este mecanismo, efectivos de la Prefectura Naval, la Gendarmería Nacional y el Ministerio de Defensa, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, fueron enviados al terreno para colaborar en las tareas de rescate y evacuación.
Entre las medidas adoptadas, se habilitó la apertura de los cuarteles del Batallón de Comunicaciones 181 y de la Base Naval Puerto Belgrano como centros de evacuación. A su vez, equipos de búsqueda continúan trabajando junto a autoridades provinciales y municipales para localizar a personas que aún permanecen desaparecidas tras el temporal.
En el marco del operativo de emergencia, el Ministerio de Capital Humano organizó el traslado de insumos básicos a la zona afectada a través de vuelos de la Fuerza Aérea Argentina. A su vez, el Ministerio de Salud reforzó el sistema sanitario con ambulancias, medicamentos y un hospital móvil con capacidad para atender a 40 pacientes.
Además de las acciones de asistencia inmediata, el Ministerio de Economía aprobó una ayuda económica extraordinaria de $10.000 millones para la ciudad de Bahía Blanca, con el objetivo de reparar los daños y colaborar en la recuperación de la infraestructura urbana afectada.
"Todas las áreas del Gobierno Nacional permanecerán abocadas a la asistencia de los damnificados junto al municipio de Bahía Blanca y la Provincia de Buenos Aires", indicó el comunicado oficial.
El temporal del viernes dejó un saldo trágico de 16 personas fallecidas y múltiples daños materiales en la ciudad y zonas aledañas. Las autoridades locales estiman que la reconstrucción demandará más de $400.000 millones, un monto muy superior al aporte inicial anunciado por Nación. En medio del duelo y la incertidumbre, Bahía Blanca enfrenta ahora el desafío de recuperarse de uno de los peores desastres climáticos de su historia.