El uso de la papa como alimento se inicia hace aproximadamente 7.000 años, en la región andina de América del Sur, que comprende los actuales países de Perú y Bolivia, donde se solían cultivar muchas variedades. Con el paso del tiempo, su popularidad se extendió por todo el mundo y se convirtió en un alimento básico en la gran mayoría de los países.
Las papas fritas en forma de bastón se originaron entre Bélgica y Francia, en un pelea histórica que continúa hasta hoy. Los franceses afirman que a fines del siglo XVIII sobre el Pont Neuf de París se instalaban los vendedores de este plato que preparaban a la vista de sus clientes dentro de braseros y sartenes. Los belgas, en cambio, la cocinan en dos etapas: en aceite y con grasa.
Según los estudios realizados por científicos alemanes, el consumo de papas fritas resulta irresistible no solo por su contenido en grasa y carbohidratos, sino también por una mayor activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa.