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El campeón del mundo que jugó con botines prestados

A 34 años de la consagración de la Selección Argentina, Héctor Enrique expuso en LV12 su picardía para contar detalles del título que hizo estallar a un país.

Se va junio, y con el cierre del mes, se terminan las efemérides de, para muchos, el logro más importante de la historia del fútbol argentino como lo fue el Mundial de México 1986: hoy se cumplen 34 años de la consagración al derrotar 3-2 a Alemania, y una de las figuras fue Héctor Enrique, volante campeón y recordado por ser "quien habilitó" a Maradona en el gol de todos los tiempos a Inglaterra, quien recordó el campeonato en LV12 Radio Independencia.

Lleno de picardía y de vida como cada vez que habla de aquel Mundial, el Negro Enrique pasó por una serie de anécdotas, desde cómo un día antes de jugar no tenía botines para hacerlo y las infaltables junto al doctor Carlos Bilardo, de quien "nos enteramos que está bien, gracias a Dios, ser dirigido por él fue un orgullo".

"Nos tienen mucho cariño y respeto a aquel equipo en el que tuve la suerte de jugar, fue un placer enorme ser dirigido por Bilardo y compartir vestuario, concentración y entrenamiento con cada uno de los muchachos de aquel plantel, al que le tocó jugar dejó todo"

Hoy es impensado imaginar un relato como el que el Negro Enrique destacó sobre el inicio de aquel Mundial, el de un jugador que venía de salir campeón con River, lo hizo tres veces ese año a nivel local, continental e intercontinental, sin contar lo acontecido en México: "cuando salimos campeones con River me llevaron los botines y a los amistosos antes del Mundial los jugué con los de Nery Pumpido. Un día antes de que empiece el Mundial le digo a Diego (Maradona) que "mañana empieza el mundial y yo no tengo botines", gracias a él y la gente de Puma me dieron un par, menos mal que no se me rompieron porque jugaba descalzo".

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Enrique no solo fue campeón con Maradona en México: fue su ayudante en Sudáfrica 2010.

Enrique no solo fue campeón con Maradona en México: fue su ayudante en Sudáfrica 2010.

Y también Enrique se encargó de destacar lo que Bilardo significó ante una Selección vapuleada por la prensa y la opinión general antes de la cita mundialista: "fue importante, fundamental llegar primero. En el primer entrenamiento nuestro arranco en la mitad de la cancha, termino en la mitad del frente y no pude correr más. Dije 'chau, perdí, acá no puedo jugar'. Fue una brillante idea de Bilardo de llevarnos mucho tiempo antes para aclimatarnos".

"La sola presencia de Diego imponía respeto, agigantaba a cada uno de nosotros. Una palmadita en la espalda era para nosotros ir a pelear contra cualquiera. Verlo a él dándolo todo por el fútbol argentino, defendiendo la camiseta con el corazón, ¿que quedaba para nosotros?", finalizó el Negro.

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