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El sastre del próximo Papa ya tiene "casi lista" la sotana en tres tallas

El sastre Raniero Mancinelli, es el encargado de confeccionar el hábito del próximo Papa. Vistió a Juan Pablo II, a Benedicto XVI y al Papa Francisco.

En el número 89 de la calle de Borgo Pío, situada a pocos pasos de la puerta Santa Ana que conduce al Vaticano, se encuentra Mancinelli Clero, la icónica tienda que representa la historia y tradición de la sastrería eclesiástica en Roma.

Tras un mostrador de madera envejecida por el tiempo, envuelto por vitrinas altas de cristal donde se exponen todo tipo de artículos religiosos, sotanas, birretes escarlata, solideos, casullas bordadas o cruces pectorales, se encuentra el sastre Raniero Mancinelli, encargado de confeccionar el hábito del próximo Papa.

Con una cinta métrica colgada alrededor del cuello, el señor Mancinelli recibe a ACI Prensa y comparte los detalles de un oficio que lleva realizando desde hace más de seis décadas. “He vestido a Juan Pablo II, a Benedicto XVI, al Papa Francisco…y este será el cuarto”, comenta con orgullo.

“Ya casi está listo, queda muy poco, aunque todavía nos quedan algunos días, porque no creo que lo elijan el primer día”, asegura Mancinelli a pocos días de que comience el cónclave.

Con paso lento pero firme se dirige hasta el taller, situado al fondo del local, donde entre bobinas de hilo, telas blancas y patrones, va tomando forma la sotana, el fajín y el solideo —zuchetto en italiano—, el pequeño gorro redondo que coronará la cabeza del próximo sucesor de Pedro.

Sentado junto a su máquina de coser y rodeado de fotografías que capturan sus encuentros con algunos pontífices, Mancinelli explica con marcado acento romano que siempre realiza tres tallas: “Hacemos una grande, una mediana y una pequeña, para que el Papa tenga distintas opciones”.

Con cierto alivio por no haber sido el sastre de Juan XXIII, esboza un sonrisa al recordar la ocasión en la que el Papa Roncalli apareció por primera vez ante el mundo con una sotana sujetada por alfileres, ya que ninguna de las tallas se le ajustaba correctamente.

Además del “orgullo y honor” que le produce haber vestido a cuatro Papas, Raniero Mancinelli confiesa que lo que más valora de su oficio es poder servir con su trabajo a quienes han consagrado su vida a Dios.

“Lo que más me gusta es ver cómo sacerdotes y obispos encuentran aquí todo lo que necesitan para vivir su vocación”, afirma con humildad el sastre italiano, famoso en el barrio del Borgo.

FUENTE: aciprensa

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