El comandante de las fueras rusas del sur del país, Alexander Dvornikov, detalló que se trata de una operación que incluye al “ejército del aire (...) y grupos de navíos de flotas del mar Negro y Caspio”.
Las agrupaciones aéreas de Rusia se trasladan a aeródromos operativos y ensayan ataques con misiles a la “mayor distancia posible”, señaló el parte castrense citado por la agencia Interfax.
En los ejercicios participan cazas Su-27SM y Su-30SM2, así como cazabombarderos SU-34. Además, las unidades aéreas ensayarán acciones para proteger los aeródromos de ataques de un supuesto enemigo.
“Las tripulaciones de los tanques T-72B3 de las unidades blindadas del Distrito Militar del Sur comenzaron un ejercicio de tiro en el centro de entrenamiento de Angarsky”, profundizó la agencia Tass.
Según la agencia, en los ejercicios de las fuerzas aéreas participan 60 cazas y bombarderos en cuatro regiones, incluida la península de Crimea que Rusia anexionó en 2014 en represalia por una revolución prooccidental en Ucrania.
Unos 6000 hombres participarán en las maniobras para verificar si están preparados para el combate en bases repartidas en varias regiones del sur de Rusia.
Estos ejercicios aéreos coinciden con la escalada de las tensiones por la situación en torno a Ucrania, junto a cuyas fronteras, según el Gobierno de Kiev, respaldado por Occidente, Rusia ha concentrado ya más de 100.000 soldados.
El Kremlin insiste en que no tiene intenciones de atacar a Ucrania y en que todos los movimientos de tropas y actividades militares dentro del territorio de Rusia son un asunto soberano.
Ucrania había pedido calma
El anuncio del nuevo despliegue se enfrenta con los llamados a la calma que habían emitido los líderes ucranianos, intentando tranquilizar al país asegurando que la temida invasión de la vecina rusa no sería inminente. No obstante, admitieron que la amenaza era real y esperaban recibir un cargamento de equipamiento militar estadounidense para reforzar sus defensas.
El presidente, Volodymyr Zelenskyy, dijo el lunes por la noche que la situación estaba “bajo control” y no había “motivo para el pánico”.
Por su parte, el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, informó que hasta el lunes las fuerzas rusas no habían formado lo que describió como grupos de batalla, “lo que habría indicado que mañana lanzarían una ofensiva”.
“Son situaciones arriesgadas. Son posibles y probables en el futuro”, indicó Reznikov el lunes a la televisora ucraniana ICTV. “Pero hasta hoy, (...) esa amenaza no existe”.
“Exacerba las tensiones”
El anuncio se produce unas horas después de que el Kremlin denunciara la maniobra estadounidense de poner en alerta máxima a 8500 hombres para ser desplegados en Europa del este en caso de necesidad, al verlo como una nueva forma de “exacerbar las tensiones” por parte de Washington.
“Observamos con gran preocupación estas acciones estadounidenses”, dijo el vocero presidencial ruso, Dmitri Peskov.
Estados Unidos está “de facto (...) exacerbando las tensiones” con esta actitud, según Peskov, quien también cuestionó que las familias de los diplomáticos estadounidenses radicados en Ucrania estén abandonando el país a causa del riesgo inminente de que Rusia invada la exrepública soviética.
Ucrania espera recibir en el día de hoy “equipos y municiones para reforzar a las fuerzas armadas ucranianas” por parte de Estados Unidos, indicó la embajada estadounidense. Se trata de una parte de los 200 millones de dólares en asistencia a Kiev que la Casa Blanca aprobó recientemente.
En tanto, la alianza de la OTAN, anunció que sus miembros estaban poniendo tropas en tiempo de espera y que también estaban enviando barcos y aviones para reforzar la defensa de Europa del Este.
Rusia ve como una amenaza el despliegue de tropas de la Alianza atlántica cerca de sus fronteras.
Tras una ronda de negociaciones, Washington debería enviar una respuesta esta semana, por escrito, a las exigencias planteadas por Rusia, que pretende que la OTAN no se amplíe, sobre todo incorporando a Ucrania. También recama que las fuerzas y armamentos de la Alianza atlántica sean retirados de los países de Europa del Este que forman parte de la organización.
Moscú advirtió que si se ignoran sus “preocupaciones legítimas”, habrá “consecuencias más graves”.
Por su parte, los países occidentales amenazan con imponer duras sanciones contra Rusia si decide invadir Ucrania, como la reducción de las compras de gas y petróleo ruso (que representan un 43% y un 20% del abastecimiento de la Unión), una idea que genera división entre los socios europeos.
Estados Unidos, en tanto, contempla prohibirle a los bancos rusos el uso del dólar, algo que asestaría un duro golpe a las finanzas y la economía real del país.