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Sergio Massa habló de lo que fue su viaje a los EEUU

El ministro de Economía habló de su gira por Estados Unidos y antes de reunirse con Kristalina Georgieva, la directora del FMI.

Desde Washington DC, EEUU - El lunes será un día clave para la gestión de apenas 40 días de Sergio Massa al frente del ministerio de Economía. Con dos reuniones, una en el Tesoro de EEUU, donde verá a David Lipton, mano derecha de la secretaria Janet Yellen en cuestiones internacionales; y otra en el FMI, en la que tendrá el primer cara a cara con la directora gerente Kristalina Georgieva y cerrará su gira de una semana en esta capital.

Del último encuentro espera llevarse el visto bueno para la segunda revisión del programa que Argentina y el organismo multilateral firmaron a comienzos de este año. En esos detalles trabajó a lo largo de estos días el equipo de Massa.

“Esta semana fue buena para empezar a contar el programa de estabilización de la economía y destrabar algunos temas”, resumió el ministro ante un grupo de periodistas del que formó parte Infobae. La referencia fue al espaldarazo a su gestión y el apoyo personal que consiguió en el BID. El martes pasado el organismo que preside Mauricio Claver-Carone se comprometió a desembolsar USD 3.000 millones para antes de fin de año, de los cuales USD 1.200 millones serán de libre disponibilidad y reforzarán las reservas del Banco Central.

“El programa con el Fondo tiene objetivos y tenemos que trabajar para cumplirlos porque son parte de los compromisos que asumimos como país. Estos días venimos haciendo un trabajo técnico de todas las áreas del ministerio con las áreas técnicas del FMI para cerrar y construir el documento de prospectiva: cómo ven ellos y nosotros las cosas hacia adelante. El objetivo es dejar clara nuestra mirada sobre la economía”, dijo Massa, quien ayer siguió trabajando con su equipo en ese sentido. Si bien el tigrense optó por no dar más detalles hasta reunirse con Georgieva, este medio pudo saber que fue una semana intensa, con las reservas y el futuro del programa, como dos de los grandes ejes de las conversaciones.

En Economía insisten con la idea de que, por el momento, no habrá pedidos de cambios de metas ni condiciones y que en las numerosas visitas que tuvo estos días con altos funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, el ministro tampoco solicitó sostén político de EEUU para cimentar la relación con FMI durante su gestión. Si bien se trabajará hasta último momento en los documentos que se presentarán, Massa buscará sentarse con los número uno del FMI con “todo cerrado”, como explicaron en su entorno. Más que nunca, el ministro está convencido de que los gobiernos son fuertes y ganan elecciones con reservas en el BCRA y con pesos bien repartidos en la calle. Insiste con la idea de que acumular reservas no es algo que sólo tiene que surgir del acuerdo con el Fondo, o ser una obligación, sino que tiene que ser una política de Gobierno.

Confianza

“Más allá de nuestras dificultades tenemos una enorme oportunidad. Por eso vinimos a contar cómo pensamos hacia adelante nuestro desarrollo económico, en un contexto global muy particular. El mundo tiene cuatro grandes temas en debate para los próximos años: minerales críticos, energía, capital humano o economía del conocimiento, y proteínas. Ahí están las oportunidades”, dijo Massa, reconocido entre analistas, empresarios y funcionarios del gobierno de EEUU por su perfil político, su pragmatismo y la confianza que generó su llegada al cargo en un momento difícil para el país.

“No fui a pedir nada a la Casa Blanca, ni me ofrecieron nada. Hubo una agenda completa, con la seguridad alimentaria y energética como ejes. Ambos son temas de la Cumbre de las Américas y del G7. La guerra generó un impacto en la economía global que no podemos dejar de poner en cualquier mesa de discusión. Los precios internacionales de la energía condenan a Europa a un escenario de enorme inestabilidad económica y política, y nos ponen a prueba para tener un programa para 2023 que sea ambicioso y esté muy profesionalmente desarrollado, para que dejemos de importar los niveles de GNL de los últimos años”, describió el funcionario ante los periodistas argentinos.

A lo largo de la semana, Massa se reunió en la Casa Blanca con los consejeros del presidente Joe Biden, Jake Sullivan, Mike Pyle y Juan González, con quien también cenó en la residencia del embajador Jorge Argüello. Y en el Departamento de Estado visitó al Principal Subsecretario de Estado Adjunto, Ricardo F. Zúñiga, y al subsecretario de Economía y Energía, José Fernández, entre otros.

“El costo de la guerra es un tema que aparece no solo en la relación de Argentina con EEUU, sino también a nivel global. Entiendo que la ONU lo va a plantear. El último trimestre del año va a estar marcado por el debate sobre el impacto de la guerra y el costo de la economía global, no solo por el aumento de los precios de las proteínas, sino también por los costos logísticos y energéticos”, detalló Massa.

En el Gobierno hacen un cálculo hipotético sobre el impacto local del contexto externo para 2022. Creen que el año podría haber terminado con reservas en USD 30.000 millones. Para eso contabilizan la ampliación del swap con China, que nunca llegó; los derechos de giro que había prometido antes de la guerra Rusia y unos USD 5.000 millones extra que se pagaron por la suba de la energía. Cuentan también, apuntando al exministro Martín Guzmán, con algunos ítems que habría descuidado. Importaciones, entre ellos.

En ese contexto, el equipo económico está apurado para hacer cosas que creen que se tendrían que haber hecho antes en términos de inflación, monetarios y cambiarios. “Sergio no es un forense, vino a resolver, no a hacer auditorías de lo que pasó”, dijeron cerca del ministro.

Dólar soja

El domingo pasado, antes de viajar a EEUU, Massa y su equipo presentaron el llamado “dólar soja”, un nuevo esquema de liquidación de exportaciones del agro. De los USD 5.000 millones acordados para el mes con las cerealeras, se liquidaron USD 1.800 millones en la primera semana. Massa festejó en DC.

“El programa de incentivos tiene inicio y finalización”, reiteró el ministro en esta ciudad. “Representa un estímulo que se vio en las pizarras y eso alentó a los productores a fijar precios y a que se hicieran nuevas operaciones, algo que venía muy retraído. Gran parte de los productores tenían contratos de seguros o de futuros a noviembre y muchos deshicieron esos contratos para vender. La primera semana fue buena y, por lo que sé, el nivel de operaciones pre registradas para el lunes sigue siendo alto. Lo que no puede haber son picardías en la fijación de precios de las cerealeras. Su capacidad de compra no puede ser en perjuicio de los productores, más allá de que es un mercado transparente en el que mucho pesa la oferta y la demanda”, advirtió.

Energía

Massa, quien no había dado entrevistas hasta el momento, optó por centrarse en los temas de su gira y no comentó cuestiones como la inflación (con una proyección a fin de año de 95%, según el REM) y otros temas de la coyuntura local.

Cuando asumió dijo que agosto y septiembre (el dato se conocerá la semana próxima) serían los meses con suba de precios más altas del año. Su equipo cree que primero hay que ordenar la macro y luego, como prioridad, trabajar en las cadenas de valor, oligopolios y en la ley de Defensa de la Competencia. Esperan enfocarse en eso en los últimos tres meses del año.

En la ronda con la prensa sí habló de energía, un tema central de su viaje que además lo llevó a Houston, en Texas, donde se reunió con petroleras en busca de sumar nuevas inversiones para Vaca Muerta. También habló del tema con los funcionarios de Biden.

Massa traza un esquema de tres escenarios. En el corto plazo pondrá foco en establecer un volumen de más producción para el próximo invierno. Cómo detalló en Houston, lanzará los Planes Gas 4 y 5, buscará aumentar la capacidad de producción de la cuenca Austral y también en la Norte y potenciar la generación hidroeléctrica.

“Para el mediano plazo, hay que producir para terminar el proceso de autoabastecimiento, pero también exportar más con contratos ininterrumpibles. Eso permitirá mejorar la balanza comercial, aumentar la cantidad de empleo y la inversión en el sector”, afirmó.

Luego, con vistas al largo plazo, asegura que trabajará para avanzar en el Congreso en leyes que regulen los beneficios fiscales y la estabilidad jurídica y fiscal para las plantas de GNL e hidrógeno. “Tiene que ser una política de Estado. Tenemos que terminar de dar el salto de exportación con estas plantas para aumentar nuestra presencia como jugadores energéticos globales. También están las inversiones en los minerales críticos, como el litio y otros. Hay que poner en un mismo instrumento legal las plantas GNL el hidrógeno y los artículos de una ‘ley corta’ que consoliden un proceso de estabilidad y de divisas para gas, petróleo, GNL e hidrógeno. Todo en consenso con la oposición. Vamos a superar el eterno círculo vicioso de los dólares cuando tengamos una construcción del producto lo suficientemente voluminosa para que las exportaciones sean garantía de libre funcionamiento de los mercados de cambio”, prometió.

Massa viajará próximamente a Francia a reencauzar el acuerdo con el Club de París, y podría volver a Washington en unas semanas a la Asamblea del FMI. Allí, aseguran en su equipo, se va a discutir quién y cómo deben pagarse los costos que generó el conflicto bélico que desató Rusia. Pero primero, el cierre con el FMI.

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