Fue, allá por los 80, una de las sex symbols más deseadas por los argentinos. Vedette, actriz, comediante y conductora, Silvia Peyrou (61) forjó una sólida carrera tanto en televisión como en cine y teatro. En los últimos años se abocó a hacer espectáculos en el circuito off, además de dictar clases de actuación y durante la pandemia se reinventó y pudo trabajar vía zoom.
De un tiempo a esta parte, la Peyrou estuvo silenciosa y un tanto alejada de los medios. Y hoy, por primera vez, la artista tomó coraje y relató con las emociones a flor de piel el motivo de su alejamiento: "Me detectaron cáncer de mama y estuve dándole pelea a la enfermedad, en plena pandemia y con el mundo cerrado por el coronavirus", reveló.
En diálogo exclusivo con Daniel Gómez Rinaldi, Nico Peralta y Romina Carballo en el programa Detrás de escena, por AM 540, Silvia habló como nunca de su lucha contra el cáncer y también habló de su presente, que la trajo de nuevo al ruedo con la obra Cómo evitar enamorarse de un boludo, que se presenta en el teatro Picadilly los domingos a las 20.
“Me llegó la propuesta de hacer Cómo evitar enamorarse de un boludo y no pude decir que no. La obra es de Marcelo Puglia y se da en varios países adaptado a la versión local. Me llamó el productor Claudio Cabré, con quien ya había trabajado en Convivencia obligada en el Regina y me encantó volver a hacer teatro. Vengo de un año bastante complicado por un tema de salud y necesitaba volver a conectarme con la actriz y la alegría”, se sinceró.
Fue entonces que los integrantes de Detrás de escena quisieron saber a qué se refería por “problemas con la salud” y Peyrou sostuvo: “Hoy estoy bien y por eso recién me animo a contarlo por primera vez. Venía de hacer temporada con Germán Kraus en Las Grutas, me hice los chequeos generales y me apareció cáncer de mama. Me operé en plena pandemia y fue todo muy guardado porque no quería que se sepa. No me podía mostrar de esa manera tan expuesta con un tema tan sensible y triste. Seguí trabajando por zoom en la pandemia y a la par hacía el tratamiento para curarme”.
“Hice quimioterapia y se me cayó un poco el pelo… Lo cuento porque sé el amor que me tienen Dani y Nico y además está bueno dejar el mensaje de que se puede salir. El humor me salvó muchísimo a mí. Se me cayó el cabello y Diego Impagliazzo me hizo una peluca exactamente igual a mi pelo, bien pelirroja. Nadie se dio cuenta y mi actitud de estar todo el tiempo trabajando, me ayudó. A la par hacía el tratamiento, que no es fácil pero se hace más llevadero cuando uno tiene ganas y fuerza para salir”, reconoció la vedette.
¿Cómo lo detectó? Ella lo relató así: “Saltó con los chequeos generales. Me hice los estudios en Buenos Aires hacia fines de año y me fui a Las Grutas para arrancar la temporada con Kraus en 2020. En enero estuvieron los resultados y ahí me llamó mi médica pero decirme que tenía que hacerme una biopsia. Se me vino al mundo abajo porque estaba sin mi familia en Las Grutas; entonces me vine a Buenos Aires a tratarme el 2 de marzo y sentí que por algo me había tocado. ´Debe ser que tengo que parar un cambio y ver qué pasa. Cuidarme y pensar un poco más en mí´, pensé. El 4 de marzo del 2020 me hice la biopsia y seguí los pasos que me indicó el médico. Con mi actitud y mi fuerza pude salir”.
Además de estar monitoreada por sus médicos, la artista recurrió a terapias alternativas. “Hice biodecodificación con mi amiga Sandra Villarruel, que hablamos siempre y me llevó a practicar una terapia que me hizo muy bien. Fue un flash, lloré, descargué y por supuesto que hice terapia tradicional, además de muchas otras terapias alternativas para poder estar bien. Gracias a Dios que mi hijo Santino (27) estuvo a mi lado y es un ángel que me sostiene”, contó.
Y se detuvo en lo difícil que fue tratarse en plena pandemia del COVID-19. “Lamentablemente, cuando me sucedió era plena pandemia así que me operé en ese contexto, cuando estaba todo cerrado y el mundo estaba aislado. Me atendí en La Providencia por la obra social de Actores y me operó la doctora Norese. Ahora sigo con el tratamiento, con una mediación oral y cada tres meses me hago los chequeos”, detalló.
“¿Qué se te cruzó por la cabeza cuando te dijeron la palabra cáncer?”, preguntó Nico Peralta y Peyrou se emocionó: “Fue muy duro y lloré mucho. Cuando te aparece esa palabra, no sabés para dónde disparar. Pensás: ´Uy, ¿ahora qué hago?´ No tenía síntomas, me hago siempre los chequeos y por suerte lo detectaron a tiempo. Fue todo en el pecho derecho y me pudieron operar perfecto. No se había ramificado y estaba ahí encapsulado”.
También valoró el rol que jugó su compañero de teatro de entonces, Germán Kraus. “El lo supo desde el comienzo, se lo compartí y me dijo: ´Tranquila que vos sos una leona, tenés fuerza y no va a pasar nada´. Fue un gran sostén pero para mí era tremendo: tenía la cabeza explotada por la enfermedad y tenía que subir al escenario a hacer reír a la gente. El humor, el trabajo y estar positivos es fundamental. La cabeza funciona muy rápido con estas enfermedades. Si te ponés depre, restás y es peor. Tuve una molestia en un momento, se me bajaron las defensas y me tuvieron que internar 20 días. La pasé mal en ese momento porque fue en plena pandemia y mi hijo solito podía estar al lado mío en la internación. Ahí sí pensé feo, se me puso duro y sentí miedo. Pero Santino me dio mucha fuerza y pude salir”, reveló.
¿Qué aprendió de esta situación? Sincera, respondió: “A valorar lo que realmente importa y a priorizar la salud. Le doy valor a cosas que antes no y estoy en contacto con gente positiva. Pienso en positivo, aprendí a generarme proyectos, a estar creativa y a estar con la cabeza ocupada en cosas hermosas. A ser más solidaria también. Trabajo ad honorem en la Casa del Teatro y en una fundación de cáncer, a la que doné mucha medicación. Entendí que tenemos que ayudarnos entre todos y el humor y el trabajo ayudan un montón. A mí me cambió la vida y fue un antes y un después”.
“¿Tu gran sostén fue tu hijo Santino o tenés una pareja también?”, consultó Gómez Rinaldi. Y la vedette agregó un capítulo más dramático aun dentro de su doloroso cuadro: “No, no, pareja no. Mi familia, mi madre y mis hermanos me sostuvieron. Mi mamá, Mabel, fue imprescindible y lamentablemente hace dos meses partió también por la misma situación. Ella dijo: ´¿Por qué a Silvia y no a mí?´ y las paradojas de la vida hicieron que luego ella se enfermara también por cáncer de mama. Tuvo el mismo cáncer que yo, pero ella en la mama izquierda, se le complicó mucho y estuvimos juntas transitando la lucha de cada una. Mi vieja se apegó mucho a mí y hasta ensayaba conmigo la obra que estoy haciendo ahora. Me hacía el personaje del boludo, que lo hace Fernando Dabove en el teatro, y mamá me daba los pies para los ensayos. Estaba por cumplir 87 años y ayer fui a llevarle flores al cementerio de Flores”.
Sumamente reflexiva y consciente de cada palabra que decía, Peyrou confió: “Creo que mamá se enfermó porque se angustió mucho por lo mío y además la gente grande no se hace los chequeos como debería. Mamá era súper activa, vital y cuando se lo detectaron, estuvo haciendo el tratamiento, la operaron y salió bien pero después, desde octubre del año pasado hasta la fecha, fue empeorando. La internaron y la pasamos mal pero por respeto a mi familia, no quiero dar muchos detalles. Me duele mucho, era muy pegada a mi vieja y la extraño con todo mi corazón”.
¿Cómo sigue el tratamiento? “Con una pastilla vía oral durante diez años y cada tanto tengo que hacerme chequeos generales, centellogramas, tomografías computadas y análisis de sangre. Gracias a Dios estoy tan activa y contenta que eso me hizo y me hace bien”, subrayó. Actualmente, se presenta los domingos a las 20 en el teatro Picadilly con Cómo evitar enamorarse de un boludo. “Estoy en el living de mi casa contando un montón de situaciones de todos los boludos que pasaron por mi vida y no sabés la catarsis que hago. Es maravilloso y la gente se muere de risa. Hago dos cambios de ropa en escena y el personaje de los boludos que me hace Fernando Dabove son geniales”, se entusiasmó.
Pero eso no es todo. “También estoy dando talleres de teatro y por empezar un programa de televisión; pero no puedo adelantar nada. Solo decir que es para la noche y va a tener mucho show y entrevistas. Además, doy talleres de teatro para adultos en Boca Cultura, que es el departamento cultural del club Boca Juniors. Arranqué por zoom en estos dos años y, además, produje la obra San Martín El Padre que la llevamos a colegios de barrios vulnerables, con la ayuda de Boca Cultura”, comentó.
Antes de cerrar, habló de su hijo Santino y lo importante que fue su compañía incondicional en este tiempo. “Mi hijo es licenciado en Administración de empresas, se recibió a los 23 años y está en una empresa maravillosa, trabajando en la parte de contaduría. Y me acompaña en todas, pobrecito. Me ha bancado como nadie en estos dos años que fueron durísimos y se lo estaré agradecida de por vida”, concluy