En una entrevista brindada a LV12, la terapeuta holística Luciana Gramajo compartió una serie de rituales y reflexiones para recibir el Año Nuevo, poniendo el foco en la energía con la que se inicia el 2026 y en la importancia de la intención personal en cada acción.
“A partir de las 00:00 del 1 de enero de 2026, te diría que se encienda una vela amarilla que sea para apertura de la abundancia, del camino en lo económico y laboral que es muy importante para todos; la vela blanca que nos va a dar claridad y luz, la percepción correcta que vamos a tener a lo largo de este año que inicia para tomar las mejores decisiones y darnos esa resiliencia en caso que las cosas no salgan como queremos”, señaló.
En ese marco, Gramajo también remarcó la necesidad de cerrar el año desde un lugar de agradecimiento, entendiendo cada experiencia como un aprendizaje personal y espiritual. “Es muy importante que este 2025 lo terminemos con gratitud, pueden haber pasado muchas situaciones que nos pueden generar tristeza y otras alegría pero es importante agradecer por que eso nos ha enseñado a nosotros mismos aspectos que desconocíamos de cómo abordar problemas y nos ha enseñado que somos capaces de de soportar muchas adversidades por más que nos haya costado, hay que agradecerle al 2025 por todo lo que nos ha enseñado”.
Otro de los momentos destacados fue el brindis de medianoche, al que la terapeuta definió como un acto cargado de significado energético. “El momento del brindis, que todos lo hacemos y no le damos la importancia que tiene, estamos contando con un momento de crear nuestro propio destino o de cambiar ciertas cosas que no nos satisfacen hoy. Al momento de tener la copa en la mano, visualicemos lo que nosotros queremos y seamos muy claros al momento de manifestar”.
Según explicó, ese instante es ideal para enfocarse en deseos profundos y concretos. “Pensar en todas las cosas que quiero atraer: abundancia, trabajo, quiero conocer a alguien que esté a la altura de mis expectativas, sanar algún dolor que implica pérdidas, manifestar la sanación, la tranquilidad”.
Para cerrar, Gramajo hizo hincapié en la vibración que se genera al chocar las copas y su impacto simbólico. “Manifestar tener un año que sea en todos los aspectos prósperos o por lo menos nos de las enseñanzas que necesitamos en el momento justo, porque siempre las cosas cuando tienen que llegar. Al momento de chocar las copas, el sonido vibra a un nivel energetico, con una frecuencia determinada, que va estar llamando a toda la abundancia que va estar enviando al universo las señales de lo que hemos manifestado”, cerró.