La presidenta del bloque de legisladores del Frente de Todos rionegrino, María Eugenia Martini, afirmó que debido a la pandemia de coronavirus unos 250.000 visitantes no llegarán a San Carlos de Bariloche durante la temporada de turismo invernal, "lo que representa una pérdida estimada de $3.700 millones".
Según los datos dados a conocer por Martini, unos 133.000 turistas no visitaron la ciudad durante junio y "tampoco vendrán otros 122.000 en julio".
De este modo "el comercio pierde alrededor de $ 1.300 millones, según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio local".
"Alrededor de 45.000 trabajadores directos e indirectos relacionados con el turismo sobre unos 55.000 trabajadores en total, es decir, alrededor del 90%, han visto resentido sus ingresos", explicó la legisladora.
Bariloche superó la etapa de aislamiento social preventivo y obligatorio y pasó a categoría de distanciamiento, según el decreto nacional publicado en el Boletín Oficial.
"Esta es una medida que estamos celebrando sin que esto signifique relajarnos, todo lo contrario, tenemos que acostumbrarnos al distanciamiento social, que significa seguir llevando adelante las medidas de prevención", señaló Martini.
"El distanciamiento nos va preparando como sociedad para cuando el turismo pueda volver con todas las medidas necesarias", agregó.
Martini consideró que "el Gobierno provincial debería avanzar en la conformación de una mesa con diferentes actores, en la que se plantee la reactivación turística".
Por su parte el Centro de Estudios Patagonia, presentó un informe en el cual establece que en Bariloche “en los últimos días se han hecho sentir presiones por parte de actores económicos en pos de una apertura más rápida” y cita a modo de ejemplo el reclamo de la Asociación Cerro Catedral para que se habiliten vuelos y transporte terrestre a la ciudad.
Según el Centro de Estudios Patagonia podría provenir de lugares como Buenos Aires o Brasil donde ya atraviesan situaciones complejas con el coronavirus y “dada la gran cantidad de contagios asintomáticos que presenta esta enfermedad, el riesgo de llegada de personas portadoras del virus sería extremadamente alto”.
Observó también que “la noticia de una cadena de contagios ligada al transporte sería lapidaria para el desarrollo de la actividad”.
La segunda opción, agregó el informe, sería permitir el ingreso de turistas de zonas libres del virus, o con baja incidencia. Pero en esos casos el problema es que “dada la circulación comunitaria en la ciudad, esas personas encontrarían restricciones para el regreso a sus lugares de origen”.
Concluyeron entonces los expertos que “más allá de las actitudes voluntaristas, no se ve una alternativa viable para la reactivación del turismo hasta que la ciudad no se encuentre libre de contagios durante un tiempo prudencial”.